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MOTOGP | ALEMANIA

“En fallos como el de Aleix, esperas que se abra la tierra y te trague”

Juan Martínez se puso en la piel del de Aprilia y recuerda otras pifias sonadas, como la de la moto de Sete sin gasolina en Brno 2005 o la del equipo de Márquez en Australia 2013.

SACHSENRINGActualizado a
“En fallos como el de Aleix, esperas que se abra la tierra y te trague”
MotoGP

Pasadas dos semanas, aún se habla de la pifia de Aleix Espargaró en la carrera de MotoGP del GP de Cataluña, en la que cortó gas en la última vuelta cuando iba segundo, por pensar equivocadamente que ya se había terminado la carrera y reanudar la marcha cuando había caído a la sexta plaza, para ser quinto finalmente. Aquella carrera la comentó para Dazn el técnico Juan Martínez, que en su día también tuvo otro fallo sonado al quedarse la Honda de Sete Gibernau sin gasolina, mientras peleaba por la victoria contra Valentino Rossi en el GP de la República Checa de 2005. Y charlando con el de Andreani MHS Ibérica también apareció otro error sonado que bien pudo costarle a Marc Márquez su primer título de MotoGP...

Aquello de Marc fue en el GP de Australia 2013, donde todos los pilotos estaban obligados a pasar por boxes para cambiar de moto entre la vuelta 9 y 10, porque el neumático trasero de Bridgestone no aguantaba más de diez vueltas, y Santi Hernández, su jefe de mecánicos, le hizo entrar una vuelta más tarde de lo que tocaba, lo que supuso la descalificación con bandera negra para el del Repsol Honda.

Al habla con Martínez a propósito de lo de Aleix en Montmeló, relata que “en el momento que te sucede algo así, estás esperando que se abra la tierra y te trague, pero no se abre, no. Sólo puede cometer errores el que hace cosas. Es como lo de los penaltis, que sólo lo falla el que lo tira, y cuando lo falla se siente muy mal, porque no entiende que lo pueda haber tirado fuera siendo tan grande la portería”. Y compara la situación vivida hace dos semanas, que es un fallo humano, con el vivido por ellos en el trazado de Brno hace 17 años: “El fallo hay que asumirlo y aceptarlo, para a partir de ahí ir indagando. Nosotros entendimos qué había pasado y no fue por no poner la gasolina sino porque había un error de cálculo en la centralita, pero en el momento te quieres morir”.

Otra reflexión de Juan: “Empaticé completamente con Aleix cuando cometió su fallo y lo que hay que hacer en esos casos es apoyarle. Después del enfado se daría cuenta de que está ahí en todas las carreras y en todos los circuitos. Se tiene que aplaudir él mismo y venirse arriba, porque le necesitamos todos ahora mismo. Forma parte del juego quedarte sin gasolina, equivocarte en una vuelta o equivocarte en la vuelta en la que te tienes que parar en boxes”. Y esto último lo dice con una sonrisa cómplice, porque el que falló fue su amigo y compañero de batallas, Santi Hernández, al que seguro que ha vacilado alguna vez haciéndole contar hasta diez.