“Sainz es un caso aparte, un personaje muy fuerte”

Con una sonrisa pícara habitual de aquel que sabe lo que tiene entre manos. El propio David Castera (Francia, 53 años) reconoce que “en el Dakar es imposible hacer cálculos”, pero una vez se sentó a la orilla de la chimenea para atender a AS en un entorno que era lo más parecido al vivac desde el pasado mes de enero, dejó claro que la 47ª edición de la carrera sigue teniendo margen para sorprender. En su cabeza siguen quedando ideas para disfrutar del desierto. Ese que tantas dudas le creó durante el inicio de su andadura como director de carrera, mientras que ahora, le hace disfrutar como nunca.

—El año pasado comentó que el Dakar iba a ser el más extremo que se había hecho hasta entonces en Arabia. ¿A qué nivel sitúa el de este 2025?

—Este está más o menos al mismo nivel que el de este año. Al menos esa es la voluntad, y más adelante ya se verá. Ahora estamos a un buen nivel como yo quería, después de 5 años de experiencia personal. Ya he aprendido las posibilidades que tengo en Arabia Saudí, he aprendido el terreno, la gente con la que trabajamos... En estos momentos, estoy al máximo nivel dentro de lo que estoy buscando. Sabemos que tenemos profesionales, amateurs, categorías diferentes... entonces hay que cuidar todos y es lo que quiero seguir haciendo. El nivel de este año me gustó mucho, los competidores estaban muy contentos también y por eso lo voy a mantener. De hecho, estamos trabajando para tener el mismo nivel en el futuro. Hay muchos kilómetros también este año, puede ser que un poco más que este año, pero en cuanto al nivel de dificultad, estamos al mismo nivel.

—¿Mantener ese nivel es por seguir teniendo contentos a los participantes, o a usted también le deja satisfecho este Dakar?

—Al fin y al cabo yo trabajo para ellos y si cambio esta filosofía, yo también me voy a perder y voy a perder el interés de cada uno de los pilotos. Realmente, no es nada fácil cuando llegas con una página en blanco y empiezas a pensar: ‘¿Qué voy a hacer? ¿Cómo lo voy a manejar? ¿Qué quiero?’. Yo no lo hago (el Dakar) para mí. Cada vez que hago algo digo, ‘ah, les va a gustar esto. Sí, seguro que esto también’. Yo trabajo para todos y cada uno de ellos. Cuando a mí me dicen, ‘David, fue un éxito total’, eso significa que mi trabajo está bien hecho y nada más que eso. No lo hago por mi interés personal, sin escuchar. Al contrario, escucho mucho a la gente y bueno, eso simplemente puede ser una idea, no quiere decir que lo vaya a hacer. Al final es imposible hacer exactamente todo lo que me dicen, pero al menos me permite construir, pensar, y darle vueltas a la cabeza.

—Habla de que habrá más kilómetros, pero especialmente le da protagonismo a las dunas, sobre todo, con ese final en el Empty Quarter. ¿Por qué?

—No sé si en dunas habrá muchos más kilómetros que el este año, porque igualmente vamos a tener el Empty Quarter. Es verdad que en esta ocasión lo tenemos al final y en medio, hay un poco de todo. Puede haber más kilómetros en las dunas, pero no serán tantos como parece. No voy a guardar las dunas como lo más relevante de esta edición. He trabajado para que cada vez más, haya un poco de todo. Ya has visto que este año es un poco particular porque como te he dicho, tenemos el Empty ahora al final, pero tampoco quería que solo hubiese arena al final. He buscado un poco más para encontrarla antes, por eso tenemos en el inicio también. En Bisha hay muchas dunas y también en otros lugares un poco más adentro. Pero acabar en el Empty Quarter simplemente es la fiesta final.

—Dice que las dunas no serán lo más relevante esta edición. Este año fue una 48 horas que se mantiene y para el que viene, ¿cuál cree que será el gran atractivo?

—Ah... (risas). Para mí lo más importante de esta edición no se ve todavía en el mapa. Voy a separar muchos recorridos por la seguridad y también, para permitir que los últimos coches terminen el recorrido de día. La 48 horas serán dos días con un recorrido doble y después, además de esa, voy a hacer cuatro etapas con recorridos separados. La idea es que hagan juntos (motos y coches) 300 metros y después se separen. Durante la especial irán separados y se juntarán únicamente en la llegada. Eso cambia muchas cosas. Para mí es mucho más trabajo, pero ese es mi problema, y sin duda creo que ese será el aspecto más relevante. Es la primera vez en la historia del Dakar que vamos a armar tantas etapas diferentes para cada una de las categorías.

—¿Le preocupa que no pueda salir bien?

—Para nada. Este año, por ejemplo, todo el mundo me contó muchas historias sobre la 48 horas y todo salió bien. Cada uno hizo su carrera y eso no me preocupa. En el Dakar es imposible hacer cálculos, nada pasa como tú lo piensas. La primera vez que separemos las etapas será después de 5 o 6 días de carrera. Después volverá a estar separado, después no... Nadie va a poder calcular dónde van a estar o cómo salir, eso será imposible. Entonces no me preocupa mucho. Vamos a tener una carrera normal donde los coches van a tener que navegar y van a tener que abrir pista. Van a pasar muchas cosas porque el copiloto va a tomar un poco más de importancia y quizás algunos no van a querer ir por delante. Yo he calculado también un poco cómo puede ser todo.

—Precisamente le iba a comentar, que con este formato la navegación será mucho más importante para los coches.

—Sí, ahora deberán trabajar cómo lo hacen las motos. Sin embargo, las motos siempre lo han tenido y para los pilotos de coche tiene que ser igual. La verdad es que los pilotos de motos me sorprenden todos los días, por la manera en la que navegan a gran velocidad y además, que no se equivocan casi nunca. Pero ahora los coches van a descubrir todo ese mundo un poco más. Ese mundo donde no hay trazada y tendrán que navegar de verdad. Pero todo el mundo tiene la misma idea, que no sea una partida de suerte.

—Otro de los cambios de está edición es la salida de Audi y la llegada de otras marcas como Dacia. Pero además, también puede perder figuras importantes como la de Peterhansel. El Dakar, ¿es más de marcas o de pilotos?

—Es más de la propia historia que cuenta el Dakar. Creo que va a sobrevivir a la desaparición de Peterhansel y además lo hará sin problemas. Es más una historia global de lo que sucede en la carrera, o al menos eso creo. No me preocupa mucho los nombres que se vayan, además, hay vida más allá de todos esos nombres masculinos.

—Puede ser el caso de Cristina Gutiérrez o Laia Sanz. Ambas son una buena noticia para la carrera.

—Muy buena noticia. Por eso trabajamos y empujamos para poder ir hacia adelante con más mujeres. Estoy muy contento de ver que suben como uno más en un equipo oficial como es el caso de Cristina. Pero además de eso, el Dakar tiene una cosa muy buena: hay amateurs, hay profesionales, hay mujeres y hay pilotos con discapacidad como el antiguo piloto de motos (Tatay), que hace menos de un año que tuvo el accidente y para él, el Dakar va a ser una manera de revivir, de vivir de nuevo y de volver a disfrutar. El Dakar sirve también para eso y pone a todo el mundo, un poco, al mismo nivel. Y eso también es uno de los valores más importantes que tiene esta carrera y que tenemos que cuidar mucho.

—Dentro de esos perfiles de los que habla, está el de Carlos Sainz. ¿Cómo ve su futuro en este estreno con Ford?

—Con Carlos es siempre lo mismo. Te puede gustar o no, pero a Carlos lo que nunca le puedes reprochar es que es un trabajador increíble. De salud está todavía muy bien, es un piloto que se da al 100%. El día que no pueda más estoy seguro de que va a parar, pero él sabe que a día de hoy todavía puede conseguir más cosas y por eso continúa. El año pasado ya me dijo que iba a ser el primer piloto en ganar el Dakar siendo un abuelo (risas). Al fin y al cabo, Carlos es una persona aparte, es un personaje muy fuerte del deporte de motor más allá de lo que significa para España y siento por él un respeto muy grande.

—Carlos continúa y Arabia también sigue como sede del Dakar, pues han renovado otros cinco años más. ¿Sigue teniendo este país tantas posibilidades como cuando llegaron?

—Sí, pero además tengo también la posibilidad de salir del país. Esa idea no está cerrada aunque ustedes puedan pensar que sí, pero siempre la estamos trabajando.

—¿Al corto o al largo plazo?

—Creo que más para el largo plazo.

—Si llevar a cabo esa idea fuese más sencillo a nivel logístico, ¿lo habría probado ya?

—¿Salir? Si fuera fácil a nivel administrativo y todo, sí. Es algo que quiero hacer, pero ir a Qatar, cambiar de país para una etapa, no tiene sentido. Yo creo que realmente no tiene sentido Si salimos es porque hay un interés fuerte a nivel de deporte y demás. Hoy no tengo ningún problema de quedarme en Arabia. ¿Por qué? Porque como vimos este año, el Dakar sigue teniendo un nivel muy bueno. De hecho, fue el mejor de mucho, mucho tiempo. El de este año estoy seguro que estará a la altura y tendrá cosas diferentes. Me quedan dos o tres (años) sin problema, para hacer muchas cosas distintas. Poco a poco iremos llegando al límite, pero estamos trabajando también un poco en el futuro. No puedo decir muchas cosas ahora mismo, pero trabajamos en el futuro.

—¿Hay algo que te gustaría hacer antes de dar ese paso?

—Yo tengo muchas ideas y hay una idea, que la tengo mucho en la cabeza. Pero no la puedo decir (risas). Lo que tengo en mente, ahora que tengo a todo el mundo con el ‘roadbook’ digital, es hacer cosas nuevas. El GPS me va a permitir poner mapas, cambiar cosas... y estoy trabajando en ello. Eso es una de las últimas cosas que me gustaría hacer antes de irme, pero también hay más cosas en las que se seguro que podemos trabajar.