“El Dakar pone a cada uno en su sitio”
Nani Roma regresa al desierto con Ford después de superar el cáncer. Será su 27º edición y en un momento emotivo, celebrará los 20 años de su primer Touareg.
Regresar al Dakar siempre tiene un toque emotivo, pero en el caso de Nani Roma esta edición lo será todavía más. El español disputará su 27º edición del rally tras un año de ausencia donde superó un cáncer que le obligó a parar. Ha sido “un año difícil, esa es la realidad”, asume el piloto, pero la recompensa a todo el sacrificio ha llegado de la mano de Ford y un proyecto que tiene como meta “ganar el Dakar”. Aunque no lo estiman en el corto plazo. La compañía americana, en conjunto con MSport, ha creado un proyecto orientado al futuro y el coche de 2024 simplemente servirá para tener una primera toma de contacto que les vuelva a reencontrar con la carrera y, al mismo tiempo, les de toda la información a cerca de lo que necesitan para pasar al ataque en la próxima edición.
El regreso de Roma al desierto parte desde la realidad: “Nos falta un poco para el podio, aunque las cosas han ido mejor de lo que pensábamos”. El español se probó con el Raptor en Marruecos y una Baja Aragón que hizo despertar los nervios de la primera vez. La cita española fue su regreso oficial a la competición y Marruecos, un test personal donde comprobó que estaba listo para el desafío: “Tenía que ver cómo estaba (físicamente tras superar el cáncer) y puse mi cuerpo al límite. Me quedé muy tranquilo a nivel personal”. Por eso vuelve a la carga con un proyecto al que, en cierto modo, le otorga una parte de responsabilidad en su recuperación.
“Este Dakar será duro hasta el final”
La llamada de Ford en octubre de 2022 fue una motivación en medio de un momento complicado, pero la idea del fabricante americano le convención: “Vi que iban en serio y a partir de ahí lo planificamos todo. Pude desligarme del equipo que estaba (BRX), aunque no fue fácil, y nos pusimos a trabajar mucho en fiabilidad enfocados al año que viene”. Sin descuidar el presente. Para esta inminente visita a Arabia Saudí han reforzado muchos sistemas (como el chasis o el interior) para evitar el mayor de los desafíos en el Dakar: quedarse estancado. Superar las trampas del desierto es el mayor reto de cada edición, pero en particular de una 46ª que “tiene pinta de ser dura hasta el final”. Pero como recuerda Nani, “el Dakar es esto y la carrera pone a cada uno en su sitio”.
20 años de su primer Dakar
Cuál será el del piloto de Ford es una incógnita que el tiempo se encargará de despejar. Pero en su sexto Dakar con Álex Haro en el lado derecho del habitáculo, la ambición permanece intacta como reconoce el copiloto: “Nos hemos metido dos personajes dentro de una oficina muy pequeña con los mismos objetivos”. Ganar, como hizo hace 20 años en moto (2004) y diez ya sobre las cuatro ruedas (2014), es la meta final de un proyecto renovado donde “los más jóvenes son los ingenieros informáticos y los más antiguos de la época de Carlos (Sainz) en Ford”.
El equipo se refuerza ante las exigencias de un piloto que se llevó consigo de BRX “una lista de cosas que hay que intentar no hacer en este coche”, pero lo que sí estará realmente prohibido es no soñar. Porque hubo un momento en el que Roma pensó “que esto se había terminado”, pero las carreras, que son su “vida”, le tienen de vuelta. Y por todo lo alto: “Cuanto más duro sea un Dakar mejor, porque cuando más duros han sido me han salido mejor”. Y este año puede seguir siendo una regla y no la excepción.
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