Una victoria a placer
Wehrlein regresó a la senda de un triunfo, que le deja a dos puntos del liderato. Dennis y Gunther cerraron el podio. Merhi fue 18º en su estreno.
No hubo un favorito claro desde el principio ni tampoco, una lucha apasionante por la primera posición que acabó conquistando Wehrlein. Puede parecer contradictorio, pero a la hora de jugar las cartas nadie se atrevió a lanzar un ataque contundente al piloto de Porsche, que cogió la cabeza en el ecuador de la carrera (programada a 36 vueltas) para no soltarlo nunca más. El alemán se posicionó bien desde la salida, escoltando al poleman Gunther, que resistió a los primeros ataques pero acabó siendo uno más en esa lista de 12+1 pilotos que no han logrado sellar el triunfo comenzando desde la pole.
El piloto de Maserati se suma a ese hándicap aunque al comienzo hizo todo lo posible por cambiar la tendencia. Wehrlein lanzó el primer ataque en la vuelta cuatro, pero Gunther marcó su territorio en un comienzo que tenía mucho más de gestión que de realidad. Pero la paciencia del piloto de Porsche no duró mucho más a pesar, de que llevar el peso de la carrera le podría pasar factura en la recta final. Aunque acabó saliendo airoso. Con el alemán asentado en cabeza hubo un tímido baile de posiciones en la lucha por el podio que se disputaron Vandoorne y Dennis, pero apenas duró una vuelta y comenzaron a enseñarse las verdaderas cartas de una baraja con las que el británico podía mejorar mucho la jugada. Y así lo hizo.
Dejó atrás a Vandoorne, superó a Gunther y aguantó el tirón de un Wherlein con un ritmo lo suficientemente bueno, como para que la lucha por la victoria fuese cosa de tres. Se ajustó a 13 vueltas del final, cuando Maserati le pidió a su piloto que pasara al ataque. Su intento de adelantamiento hizo que llegasen los dos DS al grupo de cabeza pero en lugar de aumentar las hostilidades, otro tirón del líder hizo que se recuperase una calma tensa que jamás llegó a explotar. Dennis no encontró huecos donde adelantar, el tiempo se acababa y ni siquiera una estrategia diferente valía para ganar posiciones.
Lo vivió en primera persona el líder Cassidy, que a pesar de su séptima posición en carrera conserva la primera plaza de la general por dos puntos frente a Wehrlein. El neozelandés reservó el modo ataque para los últimos compases y no sólo se quedó sin firmar ningún adelantamiento sino que además, perdió la posición con Mortara en lo que fue una batalla perdida mientras que por delante, volvían a ganar un cómodo colchón de dos segundos que incluso siendo inexistente en el grupo de cabeza, Weherlein no lo echó en falta para volver a ganar. El alemán triunfo y Merhi (18º), en su estreno, aprendió.