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FÓRMULA 1

Red Bull tiene un problema

La rivalidad entre Verstappen y Pérez se tensa ahora que pueden luchar por un título. “Los dos saben que el equipo está por encima”, subraya Horner.

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Red Bull tiene un problema

Dos dobletes le sientan bien a cualquier escudería, pero en plena colección de trofeos pueden surgir problemas del primer mundo. El arranque de la temporada 2023 deja entrever que la lucha por el título puede estar entre Red Bull y nadie más, que solo Pérez será una amenaza para Verstappen y que, si se reparten entre ellos las dos primeras plazas de manera recurrente, la fiabilidad y los accidentes pueden decidir buena parte del resultado final. No es un secreto que Max parte en una situación cómoda: bicampeón, estrella del proyecto, cobra 45 millones por temporada y es el piloto del momento. Pero tampoco es menos cierto que solo le separan dos averías inoportunas de ceder una cantidad de puntos muy difícil de recuperar. Su enfado en Arabia Saudí, aparentemente injustificado, define cuáles son las preocupaciones del neerlandés.

También es un buen ejemplo el mosqueo de Checo Pérez cuando se enteró de que Verstappen le había quitado el punto de la vuelta rápida en Yeda, y el liderato del Mundial, en el último intento y teóricamente sin permiso. El mexicano habló de mala comunicación y el holandés ha resaltado en Australia que no hubo nada de eso. Ahora, Christian Horner habla de los estados de ánimo y sitúa por delante de ambos a Red Bull: “No hay motivos para que se complique la relación. Son dos animales competitivos, pilotos, pero saben que el equipo está primero. Además, a estas alturas de la temporada sabemos que no tendremos la capacidad de desarrollo de otros equipos en cuanto a tiempo en el túnel de viento, así que es fundamental sumar todos los puntos que podamos. Otros llegarán en la segunda mitad de la temporada”.

“Su confianza está por las nubes”

Por ahora Checo aguanta el pulso: una victoria, un segundo puesto y una pole; igual que Max. “Ya estuvo impresionante en Singapur el año pasado”, dice el jefe de Red Bull, “ha hecho un gran trabajo en las dos primeras carreras y su confianza está por las nubes, que es exactamente lo que esperamos. Queremos dos pilotos que se aprieten”. Hasta el punto de que el propio Pérez se ve ahora como el rival que nunca tuvo Verstappen. Horner matiza: “Siempre damos a los dos pilotos las mismas oportunidades y luego depende de lo que hagan en la pista. Sean Max y Checo; Ricciardo y Max, Ricciardo y Vettel, Vettel y Webber o incluso Coulthard y Webber”.

La convivencia de Verstappen y Pérez fue óptima en 2021, con la consecución del título de pilotos contra Hamilton y Mercedes. Checo recaló en el equipo sobre la bocina tras perder su plaza en Aston Martin y el tiempo les dio la razón, ya suma cinco victorias en la F1 (por las 36 de Verstappen). Pero en 2022 hubo fricciones que se hicieron públicas cuando Max se negó a ayudar a su compañero en la lucha por el subcampeonato. Nunca explicó el motivo, pero estaba relacionado con un accidente de Checo en la Q3 de Mónaco, quizás voluntario, que dejó fuera de juego al neerlandés y puso en bandeja el triunfo al mexicano. Desde entonces, las fricciones son aparentes y la relación entre ambos parece profesional y nada más. Nunca han tenido que pelear por los mismos objetivos en la pista. Quizás ahora sí.