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F1 | ALGUERSUARI

“Red Bull es el mejor equipo de la historia de la Fórmula 1″

Jaime Alguersuari analiza su época en Toro Rosso y la actualidad de un Mundial que dice que ha recuperado el espectáculo.

Actualizado a
El holandés  Max Verstappen de Red Bull Racing se prepara en el garaje para el segundo día de pretemporada.
Mark ThompsonGetty Images

Jaime Alguersuari (33), desde hace tiempo DJ Squire por su dedicación profesional, llevaba casi diez años sin pisar un circuito de Fórmula 1. Se formó en el estricto y exigente programa de formación de pilotos de Red Bull, presionado al límite, como otros compañeros, por Helmut Marko, el Sargento de Hierro del Gran Circo. Debutó con 19 años con Toro Rosso, la escudería filial, y pilotó en la élite durante tres años, en los que compitió en 46 Grandes Premios, puntuando en diez de ellos. Le hicieron salir del escenario por la puerta de atrás. Después de ser piloto probador de Pirelli y participar en varias carreras de la Formula E, con coches eléctricos, desconectó durante un tiempo del competitivo mundo las cuatro ruedas. Ahora vuelve a seguir de cerca la Fórmula 1 y ha estado en Silverstone, invitado por su gran amigo Carlos Sainz.

- ¿Qué es de su vida? ¿Dejó el kárting?

- Sí, lo dejé. Al volver me rompí una costilla. Me recuperé, gané una carrera del campeonato de España, fui al Mundial y estaba a tres décimas de los mejores pero para estar delante hay que estar muy focalizado y dedicarle mucho tiempo cada día. Mi vida ahora va por otro camino. Me dedico a la música, en la que he invertido mucho esfuerzo, es mi trabajo y no podía tener la dedicación necesaria para aspirar a ganar. Por eso decidí dejarlo.

- Ha vuelto a un circuito de Fórmula 1 ¿cuánto tiempo llevaba sin hacerlo?

- Cerca de diez años, desde que era probador de Pirelli. Me invitó Carlos y me apetecía ir a Silverstone. He vuelto a engancharme a la F1 porque han hecho un buen trabajo en cuanto a espectáculo. Es un show atractivo y tenemos a dos pilotos españoles haciéndolo bien. Quería estar cerca de mi amigo Carlos y sentir la competición en primera fila otra vez.

- ¿Qué sensación tuvo?

- Un poco de nostalgia. Ya no conozco a mucha gente. Con la mayoría de pilotos no he corrido y la gente de los equipos también se ha renovado muchísimo.

- ¿Vio a Helmut Marko, al que sufrió durante muchos años?

- Sí, fui a saludarlo pero no me hizo mucho caso. Me dijo que me había convertido en un DJ famoso y le dije que no era verdad. Para mí fue una sensación extraña, porque me sentí cómodo en un sitio en el que lo pasé mal y no disfruté. Volver de una forma más relajada y distendida me ha hecho cerrar un mal sueño que viví.

- ¿Cuál es su principal recuerdo de aquellos tiempos en los que lo pasó mal?

- El pasado fin de semana, viéndolo todo tan cerca de nuevo, me venían flashes a la memoria de momentos angustiosos. La palabra que define aquella situación es angustia. Carlos sabe bien de lo que hablo porque también lo vivió. El Toro Rosso no era un coche competitivo pero nadie en el equipo valoraba los buenos resultados. Eso era frustrante.

- ¿En el Junior Team le llevaban al límite también psicológicamente?

- Sí, y no me parece mal, porque forma parte del proceso de selección. El problema es que te quiten por una decisión comercial y política y que los que ocupen tu lugar lo hagan peor. Yo hablo de hechos.

- ¿Cuál es su peor recuerdo?

- Fue en Corea. Me pareció injusto porque tenía un coche para hacer el 14º y estaba haciendo el 7º y 8º. Eran los terceros libres, un sábado, en el que yo salía delante de Vettel. La orden estricta en el equipo era dejar adelantar a los Red Bull siempre. Lo hice dos veces con Sebastian pero se pasaba de frenada en la primera curva y pensé que ya era suficiente, yo quería hacer una vuelta limpia porque quedaba un minuto para acabar. Era sólo un libre, ni siquiera una crono. Vino Marko al box a reprochármelo, delante de todo el mundo, con una actitud infantil, como diciendo ‘quiero que me graben para que todos sepan quién manda aquí’.

- ¿Red Bull y Verstappen han convertido el Mundial en algo aburrido por su enorme superioridad?

- Esto ya ocurrió en su momento con Schumacher y con Vettel y Hamilton después. Aquí gana el que tiene el mejor coche y será siempre así. Lo que pasa también es que el mejor coche suele llevarlo el mejor piloto.

- ¿La gran estrella del campeonato es Verstappen o es Adrian Newey, el diseñador de la joya?

- Es Newey. Es increíble que este señor tan brillante siga haciendo todavía coches tan perfectos. De todos modos diría que no es sólo él, sino el equipo, en todas sus áreas. Red Bull es el mejor equipo en la historia de la Fórmula 1 porque no cometen errores y no hay grietas en su estructura y planteamientos. Todo encaja. No cometen errores nunca. Clava las estrategias, los cambios de neumáticos… los mecánicos de Red Bull también son los mejores del paddock. Construir un equipo ganador es fundamental. No sólo consiste en hacer un gran coche.

- ¿Verstappen es mejor piloto que Hamilton o Alonso?

- Es complicado decir eso pero repito que el mejor piloto suele llevar el coche más dominante porque todo va muy bien, la motivación es mayor, las cosas salen solas, la confianza es enorme... eso es lo que está pasando con Max en este momento. Todo fluye fácil.

- Él ha tenido una presión máxima en doble sentido, Red Bull y su exigente padre, ¿le han convertido, con su formación casi de marine, en una máquina diseñada para ganar?

- Todos los que hemos pasado por Red Bull hemos sido máquinas. Esa es la escuela que teníamos. O ganas o mueres. Todo era cuestión de sobrevivir o morir. Todos hemos sentido esa presión máxima del doctor Marko. Carlos, Vettel, Buemi, yo… había llamadas en las que nos decía: “Si no ganas la próxima carrera no correrás más con nosotros”. Si yo no hubiera ganado el campeonato británico en 2008 no habría seguido. Estábamos siempre en el filo de la navaja.

- Verstappen superó bien esa presión y la de su padre…

- Es la excepción que confirma la regla. Su padre, a través de la violencia, le enseñó a ganar carreras. Le han formado de esta manera. No había felicidad. Le llevaron tan al límite que acabaron haciendo un piloto perfecto.

- ¿A qué se refiere cuando habla de violencia?

- A eso mismo. No es una forma de hablar. Su padre empleaba la violencia cuando Max no ganaba en karting. Es algo asombroso, porque si hoy ves eso te parece una salvajada pero así ocurrió. Yo jamás educaría así a mi hijo. Era una barbaridad, pero les ha funcionado. Era un sistema muy estricto, de gran disciplina, que en Red Bull gustó.

- ¿Usted llegó a verlo?

- En persona no. Yo sólo corrí una carrera contra él, en un Mundial de karting en Francia. Yo estaba ya de probador en Pirelli. En los entrenos libres ya veías lo agresivo que era. Él no sólo quería ganar sino demostrar que estaba por encima del resto. Es la actitud que su padre le transmitió. Max y su padre, Jos, odian al compañero de equipo y será siempre así. No quiere dar ni agua al segundo. No le vale con ganar, quiere humillar.

- ¿Cómo ve a su amigo Carlos?

- Va a más. Lo mejor de Carlos está por llegar. Cada año avanza en la lectura y gestión de las carreras y entiende muy bien los neumáticos. El equipo no está a la altura. Es Ferrari y están obligados a ganar. Son el Real Madrid o el Barça. Hay demasiados errores técnicos y humanos. El equipo no está conectado como otros, al margen de que el coche sea mejor o peor. Se equivocan en estrategias de carrera, elección de neumáticos,…y esto en Ferrari no puede ocurrir.

- ¿Y a Alonso?

- Es increíble lo que hace con la edad que tiene. El coche acompaña y su actitud también. Fernando es uno de los mejores de la historia y ha sufrido momentos duros. Ahora le veo más abierto y sonriente. Me encanta porque yo nunca lo vi así. Es un piloto más cariñoso y afectuoso. Está disfrutando.

- ¿Cuánto tiempo más durará la tiranía de Red Bull?

- El año que viene las cosas serán diferentes. El cost cap (tope presupuestario) y la limitación de horas en el túnel del viento les afectará. No será tan sencillo para ellos. No sé si volverán a ganar el próximo año, pero, si lo hacen, no será tan fácil como este año, eso seguro.