Centenariazo en Le Mans

Es un éxito a la primera. Y de tronío con tintes de drama, porque Ferrari tuvo que derrotar a Toyota en Le Mans, territorio donde los japoneses mandaban en las últimas cinco ediciones, para celebrar su décimo triunfo en la Sarthe y justo en el año del Centenario de las 24 Horas, fecha elegida por los italianos para su regreso a la máxima categoría después de 50 años de ausencia. En Maranello disfrutan de unos laureles que no tenían desde el año 1965 con el americano Masten Gregory y el austríaco Jochen Rindt a los mandos del Ferrari 250 LM.

Ahora han sido Alessandro Pier Guidi, James Calado y Antonio Giovinazzi quienes han pilotado el 499P hasta la gloria de Le Mans delante de la plana mayor de Ferrari, encabezada por John Elkann, presidente de Ferrari, y bajo la atenta mirada de Frédéric Vasseur, director del equipo de F1, y Charles Leclerc, piloto de la Scuderia, quienes se dejaron ver por el circuito y el paddock.

La victoria se dio porque el Ferrari #51 fue en parte quien mejor sobrevivió a la locura de las 24 Horas de Le Mans, a la lluvia y a una salida de pista a punto de llegar al ecuador que casi les cuesta el trabajo desarrollado durante el último año que estaba enfocado en este fin de semana. Además, cuando las condiciones lo permitieron, demostraron más ritmo que nadie, no se puede achacar su victoria solo al frenesí reinante durante gran parte de la prueba. Por el paddock se habla de que el Ferrari estrenaba aquí tantas cosas que podía decirse que era un coche que poco tenía que ver con el que se estrenó en Sebring por el mes de marzo. Que no es siempre sinónimo de éxito: que le pregunten a Miguel Molina, tripulante del #50 junto a Antonio Fuoco y Nicklas Nielsen, quienes sufrieron en primera persona la dureza de la carrera más exigente del mundo cuando una piedra les atravesó su radiador en plena noche. La avería costó varias vueltas de retraso y todas las opciones. Acabaron quintos.

Son cosas que escapan al control del equipo y piloto, y bajo esa premisa abandonó el Toyota #7 de Conway, Pechito y Kobayashi. Un aviso de next slow zone en el coche de Kamui le hizo frenar para no sobrepasar a un LMP2 mientras que un Ferrari GT lo hizo bastante más tarde y golpeó al GR-010 Hybrid, con el resultado de abandono para uno de los favoritos. La otra unidad japonesa, la #8 de Buemi, Hartley e Hirakawa lo intentó hasta el final, aunque no pudo ser. Incluso un mal pit-stop del Ferrari #51 en las últimas horas llevó el júbilo al box japonés, pero fue efímero porque luego Hirakawa dejó contra las protecciones la remontada. Tuvieron que conformarse con un segundo puesto que sabe a poco para un coche que no tenía rival en el último lustro. El podio lo cerró el Cadillac número #2, siendo el primer LMDh, coches que corren el WEC y el IMSA.

En la categoría LMP2 la edición centenaria de Le Mans tuvo protagonismo español. Porque un inconmensurable Albert Costa, que debutaba en mítica carrea de resistencia, hizo de las suyas. Que esto no es otra cosa que mostrar su velocidad, que acompañado a la gestión de carrera de su equipo, el Inter Europol Racing, llevó al coche verde y amarillo #34 al liderato cuando la oscuridad reinaba en la Sarthe. Fue una remontada salvaje, desde la 13º plaza de salida hasta el premio de ganador en su clase. Recientemente, en una conversación con este medio, Costa aseguraba que el objetivo era demostrar su velocidad y así poder ganarse una plaza en los Hypercar de 2024, cuando llegarán BMW, Alpine y Lamborghini, de cuyo equipo fue oficial el catalán en GT. Y ahora es todo un campeón de las 24 Horas de Le Mans.

Para cerrar, en la categoría GT, nueva lucha a brazo partido entre el Corvette amarillo de Catsburg, Keating y Varrone, contra el Porsche 911-RSR de color rosa del Iron Dames de Sarah Bovy, Michelle Gatting y Rahel Frey y el Aston Martin del ORT y otro Porsche, el del GR Racing. El triunfo fue para el equipo americano. Álex Riberas, con Aston Martin, acabó en sexta posición.

Resultados de las 24 Horas de Le Mans

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