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INDYCAR | PALOU

"¡Seguiré llamando a esa puerta!"

Palou lamenta su mala suerte cuando tenía "un coche para ganar" la Indy 500, pero acabó feliz con su remontada hasta ser noveno y promete guerra en el futuro.

Álex Palou, en Indianápolis.
Justin CasterlineAFP

Tenía coche, experiencia y talento para pelear por la gloria de Indianápolis, la combinación ideal, pero llegó una bandera amarilla en el momento más inoportuno y le descartó de la victoria sin remedio. Eso fue lo único que le faltó a Álex Palou en su tercera vez en la Indy 500, la suerte. Fue el que más vueltas lideró tras Dixon, 47 de las 200 (Ericsson solo lo hizo 13 para ganar), y fue así, siendo primero, cuando se encontró el pit-lane cerrado y tuvo que hacer dos paradas cuando tocaba una. Desde atrás, solo quedaba remontar. Lo hizo hasta el noveno.

A la mañana siguiente del disgusto, el catalán se expresó en redes sociales. "Lo primero, qué experiencia tan increíble correr con todos los fans, fue alucinante ver las gradas llenas", decía señalando el regreso de todo el público a Indy, y luego resumía así su carrera: "Tuvimos un coche realmente bueno, lideramos un montón de vueltas, pero desafortunadamente no era nuestro día para hacerlo realidad". Y acababa con un mensaje lleno de intención para el futuro: "¡Seguiremos llamando a esa puerta!".

También habló después de bajarse de su Chip Ganassi, aún con las sensaciones a flor de piel, como recoge 'Motorsport'. "Me divertí mucho en esta carrera, solo hubo un punto en el que mi corazón se rompió en pedazos", reconocía con dolor, pero también con la satisfacción de lograr "un buen resultado" con una destacada remontada. Y un lamento: "No podía haber hecho nada diferente en esa bandera amarilla, estuve en el lugar equivocado, en el momento equivocado. Volveremos el año que viene".

"Un coche para ganar"

Donde se comprobó que tenía un "coche para ganar la carrera", además de en la clasificación en la que se hizo con el segundo puesto en parrilla y en su gran inicio de la prueba, fue en esa remontada: "Hice más adelantamientos de los que he hecho nunca en una carrera en un óvalo, así que estoy feliz por haber remontado". Y también, "orgulloso del equipo y de Marcus", su compañero vencedor. "Nosotros simplemente no tuvimos la suerte que nos hacía falta, porque teníamos un coche muy fuerte y estábamos sacando todo de él". La Indy 500 ya tiene una cuenta pendiente con él.