Hamilton es el reclamo
Sir Lewis jugó al golf con Tom Brady en un evento de IWC. "Soy muy bueno sacándola del agua", reconoce. Máxima expectación ante el primer GP de Miami.
Les presentan como "la realeza de la Fórmula 1 y el mejor quarterback de la historia", pero el mayor de los halagos aún se queda corto para introducir a Lewis Hamilton y Tom Brady, dos verdaderas leyendas del deporte que este miércoles formaban pareja de golf en un evento de la firma de relojes IWC, ‘The Pilot Challenge’, celebrado en el Miami Beach Golf Club. El siete veces campeón del mundo y el siete veces ganador de la Super Bowl compartieron unas horas de deporte y entrevistas con la prensa local después de jugar un partido benéfico en el que participaron también Marcus Allen, exjugador de la NFL, y el empresario Brandon Okpalobi.
"Somos vecinos en Nueva York, aunque no nos vemos tanto, pero siempre sigo sus partidos", revela Sir Lewis sobre Brady. El inglés, que lleva "tres años jugando al golf", reserva su mejor talento para otras disciplinas deportivas. "Me gustaría decir que soy como Tiger (Woods), pero soy bastante bueno sacando la pelota del agua", bromeó. Aunque no le tocó arremangarse y probar el estanque, su pericia con el drive y el putt confirman las sospechas. En cualquier caso, el resultado era lo de menos. "Estoy muy feliz por estar en Miami rodeado de leyendas. Es la primera vez que mi deporte viene a esta ciudad y los días previos al evento ya son increíbles". El inglés al menos sonríe, al contrario que cuando se marchó de Ímola con un 14º puesto.
GP de Miami
El lustre de los participantes está a la altura de lo que será el fin de semana en Florida. El circuito no permanente se ha construido en Miami Gardens, en los alrededores del Hard Rock Stadium, con capacidad para 240.000 espectadores a lo largo del fin de semana (82.500 en sábado y domingo). En los próximos años se pretende aumentar esa cifra. Se han vendido todas las entradas, que no eran baratas: un ticket de acceso al recinto sin tribuna alcanzaba los mil dólares. Las escuderías están haciendo verdaderos malabares para cuadrar todas sus invitaciones o pases de Paddock Club destinados a los VIP. Entre los asistentes ilustres, se espera a LeBron James, Michael Jordan, David Beckham, las hermanas Williams, Dwayne ‘The Rock’ Johnson, Denis Rodman y demás estrellas de la pantalla, la música o la farándula.
¿Y qué hay bajo tanta brillantina? Un deporte que quiere ser grande en Estados Unidos y que ya tiene una masa de fans capaz de abarrotar recintos, pero aún no se puede catalogar como ‘mainstream’. En las televisiones de los ‘sports bar’ se emite el cruce de ‘playoff’ de Miami Heat en la NBA. Y más al norte de la península, el equipo de hockey hielo de Fort Lauderdale se ha clasificado para la fase final de la Stanley Cup. Lewis Hamilton o Mercedes ocupan algunas pantallas publicitarias en el centro de la ciudad o las autopistas, pero a pie de calle los locales aún muestran extrañeza cuando se les pregunta por la Fórmula 1. Además, el piloto inglés y su equipo alemán ni siquiera serán la referencia en la pista.
Con este tipo de acontecimientos, la genial temporada 2021 como mecha y la serie de Netflix como condimento, Liberty Media quiere que su campeonato ocupe los titulares de Norteamérica. Ya tienen dos carreras, Miami y Austin, que pronto serán tres: Las Vegas entra en noviembre de 2023. En cualquier caso, pocas competiciones complementan tan bien el deporte y el espectáculo como la F1, y esos son dos ingredientes que funcionan bien en Estados Unidos. Es cuestión de tiempo. Quizás falta el piloto local, aunque McLaren quiere estudiar todas las posibilidades con Colton Herta, una estrella de la IndyCar, y le han diseñado un programa de test. Mientras tanto, el piloto de casa es Hamilton.