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DAKAR

Carlos Checa: "Me puede gustar o acabar harto, nada me asusta"

El expiloto de MotoGP y campeón de SBK habla con AS antes de su primer Dakar con un buggy de MD Rallye Sport: "Mi resultado dependerá de los errores de los demás".

Checa, subido en su buggy de MD en un test en Marruecos.
@CarlosCheca7

Tiene una larga carrera a sus espaldas en los circuitos entre MotoGP y Superbike, pero Carlos Checa (Barcelona, 49 años) nunca se ha enfrentado a un reto tan duro como el que está a punto de embarcarse. Se estrena en el Dakar, un objetivo que siempre ha tenido a mente y que las circunstancias han retrasado mínimo un par de años, con un buggy del equipo MD Rallye Sport, Ferrán Marco de copiloto y todas las ganas del mundo. Antes de poner rumbo a Arabia, habla con AS.

—Quien le haya seguido sabrá que tener a Carlos Checa en un Dakar era algo inevitable, solo cuestión de tiempo.

(Risas) Sí, eso me lo preguntan cada año. La verdad es que sí, siempre he tenido mucho interés, pero no quería hacerlo de cualquier manera. Y al final, hablando con mucha gente que conozco del motor, creo que he encontrado la mejor combinación de coche, equipo, copiloto y momento. Hace un par de años que tenía bastante intención de hacerlo, pero con la COVID-19 pensé que mejor dejarlo para un momento más idóneo, y creo que es ahora.

—¿Por qué ahora?

—Bueno, antes probé en moto, que es lo que me gustaría, pero tuve un par de caídas y… Aunque te digas a ti mismo que no quieres correr, al final lo haces. Sabes que no tienes ninguna posibilidad de hacer resultado, como Petrucci este año, quieres vivir la experiencia, pero siempre que te subes en la moto acabas corriendo, es como intentar hacer vegano a un león, es imposible. Y el problema de la moto es que la navegación también te quita mucha atención. A partir de ahí, probé en 'side by side', hize el Panáfrica, el Rally de Merzouga… y me introduje en este tema. Si todo hubiera transcurrido normal, ya hubiera participado, pero aún tengo tiempo, no hay ninguna prisa y la carrera tampoco la necesita, porque requiere calma.

—¿Qué es lo que más le atrae de esta aventura?

—Es un objetivo que siempre he tenido en mente, es una de esas cosas que dices: 'No sé cuándo, pero lo voy a hacer'. Después, es algo totalmente diferente a lo que he hecho yo. Probé a competir en coches en pista, pero era un poco la misma rutina que lo que hacía en moto, no me despertaba ninguna motivación. En cambio, en los raids cada curva, cada tramo, es diferente, es todo desconocido, es la navegación, el no equivocarte… Son muchos alicientes tan diferentes que me llenan bastante, me entusiasma. Es todo por descubrir, y después está la competición y la velocidad con un coche por esos caminos. Todo lo que sea velocidad y riesgo me entusiasma mucho.

—Por supuesto, estará dispuesto a disfrutar, pero ¿también a sufrir? Porque se sufre...

—Yo donde sufro es en la playa sin hacer nada (ríe). Eso me aburre que me mata. Cuanto más duro sea más me gusta, lo más importante es hacer algo con ganas. Es la satisfacción de hacer algo difícil y eso es un poco lo que yo quiero, salir de esta carrera siendo un mejor piloto y mejor persona, porque nos vamos a encontrar, mi copiloto y yo, situaciones muy difíciles de saber controlar emociones y de gestionar cada momento. No es solo un tema técnico, porque creo que no hay ninguna dificultad en pilotar un coche a alta velocidad, es un poco la gestión emocional y la relación con tu copiloto y todos esos momentos que son nuevos y en los que te sale lo mejor y lo peor.

—Seguro que ha hablado mucho con pilotos con experiencia en el Dakar, ¿qué le han aconsejado?

—Todos lo mismo, que vaya con calma y que es una carrera de resistencia, no de velocidad. Lo que me decía mi madre cuando era pequeño: "No corras mucho" (risas). Hay que ir dosificando, cuidando mucho la mecánica y saber parar, que es lo opuesto a nuestro instinto. Son conceptos de este tipo de carreras que asimilar, aquí las prisas es lo que traiciona, lo que te hace perder.

—Hasta ahora, en su camino hacia el Dakar solo había participado en 'side by side', sin embargo lo correrá en la categoría principal de coches, ¿por qué ese cambio?

—Porque el side by side, con todo el respeto, es un vehículo frágil, que hace ruido, más incómodo y con prestaciones inferiores, y yo quería uno más sólido, más rápido y un habitáculo más hermético. Si hay que cuidar la mecánica en un 'buggy', en un 'side by side' mucho más. Quería correr con lo más rápido y, no tengo el coche más avanzado, porque tampoco lo iba a aprovechar, pero tiene la velocidad y el mejor neumático que puede tener el mejor piloto del Dakar. Me apetecía ir con el mejor vehículo que puede llevar cualquiera, obviamente, luego el equipo, la tecnología, la asistencia y la experiencia es lo que hace la diferencia. Además, es un vehículo muy fiable que lleva muchos años, los cinco coches que llevaron en la última edición terminaron entre los 30 primeros y eso es lo que me dio la certeza de que era la mejor opción.

—En su documental de 'DAZN' se puede ver buena parte de su preparación, ¿cómo ha sido?

—Muy justa. Básicamente hemos hecho cinco días de test en Marruecos, donde estuvimos rodando mucho en dunas, que para mí es lo más difícil con ese tipo de vehículo. Después, entenderme con mi copiloto y la navegación, y en pista no veo dificultad, solo estar atento a los peligros. Me faltan kilómetros para saber interpretar bien las dunas, pero sí que tengo los mínimos para no cometer un error grave que te puede costar mucho tiempo. Quisimos hacer otro test allí, pero no se pudo y creo que está bien así porque para mí el Dakar va a ser un test. Iremos día a día y la velocidad ya irá llegando, tenemos la mentalidad de aprender y disfrutarlo, dejando el resultado final como algo anecdótico, no como un objetivo.

—¿Qué puede decirnos de su equipo, de su copiloto Ferrán Marco...?

—A mí me recuerda todo a mis inicios en moto, que lo hacías todo más pasional y se respira ese ambiente en el equipo. Ferrán lleva 16 años en el Dakar, es un apasionado, lo vive muchísimo, ha hecho podios en camiones y tiene una gran experiencia. Con él va todo muy bien, es una persona encantadora y creo que nos vamos a entender muy bien. Y por la parte del equipo también, con Antoine Morel (el jefe) que es muy apasionado y creo que tiene uno de los mejores buggys de carreras cliente. Llevaremos siete coches de MD y se le ve el brillo de los ojos. Y sobre el coche, me sobra coche, me falta mucho aprendizaje y, por lo demás, han trabajado mucho la fiabilidad. Es un coche 'amigo', con unas reacciones previsibles y te encuentras muy a gusto con él desde el primer momento.

—¿En qué nivel se ve?

—No lo sé, porque hay 30 o 40 coches muy rápidos y gente muy buena con experiencia, y creo que vamos a estar ahí. Ahora, el resultado final no va a depender de mí, sino de los errores de los demás. Tenemos que hacerlo lo mejor posible cada día, eso es lo que nos va a dar un buen final y ahí ya veremos dónde estamos. Para nosotros un buen resultado sería estar entre los 20-25 primeros considerando el nivel que hay.

—¿De qué forma le puede servir toda su experiencia anterior como piloto de velocidad?

—Un poco el ser meticuloso, la profesionalidad y la implicación. Cuando compites al máximo nivel en un campeonato no te pierdes ningún detalle, quieres pulir cada cosa y al final eso es lo que hace la diferencia. Y después la relación que tengo con mucha gente de este mundo que me han ayudado y me aconsejan. Creo que todo ello y las carreras que he hecho antes me puede hacer llegar a tener la mejor garantía de empezar el Dakar a un mejor nivel.

—¿Esto será solo el principio de su camino en el Dakar? ¿Se ve corriendo muchos años?

—Esa es una pregunta que me hago yo también y mi respuesta es: 'Vamos a terminar este que no lo hemos empezado y a partir de ahí veremos'. Hay dos opciones, que me guste mucho y que me anime a hacer otro año, o que acabe harto y no me haga falta ir allí para divertirme. Son dos escenarios y no me asusta ninguno.