"Esto es una farsa"
Hamilton, beligerante para que "devuelvan el dinero a los fans". F1 y FIA niegan "presión comercial" para hacer una carrera de dos vueltas.
No se podía correr, eso lo dicen los veinte de la parrilla. El agua caída durante horas sobre el asfalto de Spa-Francorchamps volaba a modo de ‘spray’ al paso de los coches y la visibilidad era nula, aunque el agarre de los monoplazas fuera aceptable en esas condiciones. Pero el desenlace del GP de Bélgica, con dos vueltas detrás del ‘safety car’ que cumplen el mínimo previsto por la normativa para que se considere carrera y se entreguen puntos (la mitad) ha indignado a pilotos, paddock y afición por igual. Muchos sospechan que el bochorno final, podio incluido, tenía como objetivo salvar el fin de semana de cara a contratos, patrocinios y, en definitiva, cuentas. "Una decisión de márketing", describió, por ejemplo, Alonso.
La FIA y la F1 lo niegan. Masi, director de carrera, asegura que reanudaron la carrera porque "la meteorología ofrecía una ventana" y esperaban completar una prueba de una hora, y que "no, nunca, jamás" recibió presión del campeonato para dar dos vueltas por motivos económicos. Domenicali, CEO de la F1, separa el aspecto comercial: "No es cierto. Había una ventana en la que el tiempo podía mejorar y se intentó correr, pero en cuanto salieron del pit-lane, los comentarios de los pilotos fueron bastante claros y la previsión meteorológica actualizada lo hacía imposible. A pesar de la decepción general, se hizo lo correcto". No se consideró adelantar la prueba (F3 y Porsche Supercup corrieron horas antes en mejores condiciones) "ni era posible posponerla al lunes", según Masi, porque el reglamento no lo contempla y la logística lo impide.
Entrada general entre 155 y 405 euros
El circuito emitió un comunicado aplaudiendo el comportamiento de los 75.000 aficionados presentes y "deseando verles en 2022", pero no hay menciones a un posible reembolso de las entradas (desde 155 a 405 euros para todo el fin de semana, pero con el gasto añadido de hoteles, comida o medios de locomoción se superan los 1.000 euros). Los tickets suelen ser fuente de ingreso del promotor local, en este caso el circuito, para rentabilizar los cerca de 20 millones que deben pagar como canon a Liberty Media por acoger una carrera del Mundial. Se antoja difícil que un organizador renuncie a su principal sustento después de un año de pandemia en el que se compitió a puerta cerrada, sin beneficios.
"Lo sabían y nos mandaron a dar dos vueltas"
Pero es lo que piden voces como la de Lewis Hamilton, que escribió en Instagram: "Fue una farsa y los únicos que salen perdiendo son los aficionados que pagaron mucho dinero para vernos correr”. "No se podía correr así que no era una carrera, pero está esa norma del mínimo de dos vueltas para que la carrera sea legal. Ellos lo sabían y nos mandaron fuera para dar dos vueltas detrás del coche de seguridad. No sé las políticas que hay detrás pero mi preocupación es que los fans recuperen su dinero. No sé si por haber dado esas dos vueltas eso deja de ser así. Esto no es lo que queremos, tenemos mejores valores en este deporte".
El otro punto caliente del debate son los puntos que se entregaron sin poder disputar la posición en ningún momento de la prueba. Vettel, uno de los pilotos más beligerantes en cuanto a seguridad, fue claro: "Una broma, si quieres premiar la clasificación tendrás que dar puntos a la clasificación. ¿Qué hacemos? Sinceramente, pensaba que teníamos que hacer el 25% de la carrera para que dieran la mitad de puntos, no dos vueltas". Lo que no ofrece dudas es la suspensión en sí. "Yo iba quinto y no veía, tenía que vigilar por dónde iba Daniel (Ricciardo, cuarto), porque de repente y sin aviso me encontraba con su luz trasera. No es una decisión fácil ni muy popular, pero fue la correcta en esas condiciones. Nadie quiere que un piloto, comisarios o incluso espectadores salgan heridos", dijo Seb a la Prensa en Spa.