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MOTOGP | GP DE CATALUÑA

Márquez revela su conversación telefónica con Doohan

El del Repsol Honda vuelve a la senda de la victoria 581 días después, desde Valencia 2019, por culpa de la fractura en el húmero del brazo derecho el 20 de julio del año pasado.

Márquez revela su conversación telefónica con Doohan
Mirco Lazzari gpGetty Images

Exhausto, feliz y emocionado. Así acabó la carrera de Alemania el ganador de la misma, un Marc Márquez que ya lleva once victorias consecutivas en Sachsenring. Todas son especiales, pero ésta más que ninguna, por ser la primera 581 días después de la anterior, debido al calvario en forma de lesión que sufrió al fracturarse el húmero del brazo derecho en la caída de la prueba de Jerez 1, el 20 de julio del año pasado, y que le obligó a pasar tres veces por el quirófano. Su discurso en inglés a pie de podio ha sido impecable y, aunque le ha costado, ha podido contener las lágrimas:

“La verdad es que este es uno de los momentos más importantes y duros de mi carrera. Sabía que hoy tenía ante mí una gran oportunidad. No era fácil a nivel mental, porque vengo de una situación difícil con tres ceros seguidos, pero sabía que era el día. Antes de llegar a este fin de semana me dije que había que intentar luchar por el podio, de tratar de estar cerca de los pilotos de cabeza y la victoria era una posibilidad pequeña, pero si se daban las circunstancias iba a ir a por ella. Cuando vi que caían unas gotas en la cuarta o quinta vuelta, me dije que esta era mi carrera. Empujé a tope, mantuve el ritmo y, cuando comenzó la segunda tanda de caer gotas, empecé a empujar a tope, a asumir riesgos. Luego empezó una segunda carrera, que fue con Miguel y que empujó a tope. Ha sido duro mantener la concentración, porque te llegan todos los recuerdos y todas las situaciones que tenía en la mente de todo lo que he vivido el año pasado, pero lo hemos logrado y lo vamos a volver a conseguir. Es difícil, pero vamos a tratar de mantener el mismo nivel”.

Ya en Dazn, dejó esta emotiva entrevista:

-Felicidades.

-No estoy ni contento ni triste. Supongo que esta noche será diferente, pero hemos vuelto a ganar y la verdad es que no sé cómo porque sí que he estado bien, pero no por delante del resto. Lo dije ayer, que si se cuadraba todo podía estar en el podio, no para ganar porque sabía que Miguel estaba bien, pero cuando he visto cuatro gotitas y que Aleix estaba detrás he pensado que era el momento de arriesgar. Es cierto que ha sido muy arriesgado hacerlo después de tres caídas seguidas y una temporada en la que no he hecho nada. Así es difícil arriesgar y tomar esos riesgos, sobre todo cuando ves que viene Miguel tirando por detrás y que no puedes fallar. La verdad es que en las últimas vueltas la cabeza era un no parar, pero he cambiado a Miguel Oliveira por José Luis Martínez, mi "sparring" y he pensado: 'Es José, no me atrapa'. Y cuando he cruzado la línea de meta -comienza a titubear por las lágrimas- he pensado: "lo hemos vuelto a hacer". Esto que nos llevamos, vamos a disfrutar de esta victoria de momento pues sé que vendrá Holanda, en donde volveremos un poquito a nuestra realidad, que no es estar peleando por la victoria, pero espero que haya más momentos de estos de aquí al final de la temporada y poderlos aprovechar. Quiero agradecer a todo el mundo, pero sobre todo a Honda que me ha respetado muchísimo durante la lesión, a todos los doctores, empezando por Mir y acabando por el equipo de Samuel Antuña e Ignacio Roger de Oña, Carlos mi fisioterapeuta que ha estado un año viviendo en casa y todo mi equipo, que ellos saben muy bien quienes son, mi hermano porque lo hemos hecho juntos, no he estado solo -nuevo atisbo de lágrimas del campeón-.

-Se lo merece y lo necesitaba, ¿por qué?

-Lo necesitaba porque siempre lo he dicho, para mí competir es luchar por algo y luchar por victorias y podios. Es lo que quiero en un futuro y, aunque ahora no estoy listo para hacerlo, hoy lo he podido hacer. Lo dije el jueves, que sería el primer circuito en el que no notaría tanto las limitaciones físicas y se ha notado. He podido pilotar toda la carrera al límite, sin tener que gestionar y si había algún error pues al haber pocas curvas de derechas el brazo reaccionaba, no se quedaba sin fuerzas. Eso son cosas que está claro que desde fuera se ven de una manera, pero desde dentro sabemos lo que estamos sufriendo y también es un circuito al que la moto se adapta bien. Eso también lo hemos podido aprovechar y nada, no estoy ni eufórico ni nada.

-Es un día más de sentir que de hablar. Ahora, ¿qué?

-Pues ahora toca agradecer, porque ni se baja ni se sube solo y hay que agradecérselo a todos, sobre todo a aquellos que han sabido entender la situación, que es lo más importante. Sí que es cierto que me he centrado sólo en mi trabajo, me he evadido del mundo un poco, sobre todo en las últimas semanas en las que no quise saber nada de nadie desde Le Mans, en las redes sociales ni en ningún sitio y simplemente quería estar centrado en mi vida, en mí y así vamos a seguir desde aquí hasta el final de la temporada, porque aún quedan muchas cosas por mejorar.

-En lo personal, ¿esta situación le ha cambiado?

-Lógicamente, valoras mucho más en lo personal lo que hacías. Se daba por hecho que tenía que hacer todo eso, si no ganabas una carrera o no estabas en el podio era un desastre o una mala carrera y este tiempo me ha enseñado a valorar todos estos momentos y también me está enseñando a valorar otras cosas, pero está claro que lo que quiero es volver a ser el Marc de siempre y también está claro que necesito tiempo. No lo soy todavía, pero ya en las últimas carreras, en Mugello y Montmeló, dije: 'He notado algo'. Y aquí lo he notado un poco más, pero sé que en Holanda no podemos esperar a salir y ya está. Volveremos a luchar por entrar en la Q2, volveremos a sufrir, pero con calma vamos a ver si podemos estar más cerca poco a poco de los primeros.

-¿Le ayudó mucho la llamada con Doohan? ¿Es el momento de comentar lo que le dijo?

-Lógicamente, cuando estás en una condición difícil buscas consolarte o más que nada expresarte libremente con alguien que haya pasado por tu situación o una parecida y uno de ellos ha sido Alberto Puig, que me ha ayudado muchísimo, Emilio Alzamora también, pero tuve una llamada de casi media hora con Mick Doohan que me ayudó muchísimo. Me explicó su caso en el 92/93, cómo se sentía, qué le pasaba y qué errores hacía. Parecía que estaba narrando mi situación. Simplemente escuchaba, no hablaba, le dije que me explicara su situación y la verdad es que estaba narrando mi situación. Llegó con una moto que habían cambiado los otros pilotos y no entendía nada, la cambió y todo y así no entendía nada. Errores estúpidos que no eran propios de él. Errores estúpidos he hecho este año yo también, pero me dijo que era normal, que a él le pasó que luego todo cambia y el tiempo lo arregla todo, y que sólo necesitas paciencia y continuar trabajando. Esto te tranquiliza como piloto, porque ves que una leyenda como Mick Doohan pasó por algo similar y le costó, pero lo acabó sacando.