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MOTOGP | GP DE ALEMANIA

A Marc Márquez no le da miedo la temida curva 11 de Alemania

"No es una curva que me guste y es delicada, pero no me da yuyu y asumo que uno se puede caer y hacer daño en cualquier curva", asegura AS.

SachsenringActualizado a
Márquez ha ganado 10 veces en Sachsenring.
TOBIAS SCHWARZAFP

El circuito de Sachsenring guarda en el mapa de su trazado una de las curvas con más siniestralidad de todo el campeonato. Se trata de la temida curva 11, un rápido viraje de derechas que los pilotos de MotoGP abordan rondando los 200 por hora, previo al tobogán de bajada que da acceso a las dos últimas curvas y que viene precedido de siete de izquierdas, con lo que se enfría el flanco derecho del neumático delantero antes de llegar al temido cambio de dirección. Sin duda, un punto muy interesante para ver en este GP de Alemania las evoluciones de Marc Márquez, dado que su brazo derecho continúa sin estar al cien por cien y por las características del desafío.

A favor del ilerdense, y al de todos, jugarán las altas temperaturas que se esperan este fin de semana en el trazado germano, porque hay una previsión de temperatura máxima de 33 grados, pero a algunos nos pesa en el recuerdo los quebraderos de cabeza a los que ya sometió esta curva 11 a otros campeones españoles. Álex Crivillé en el año 2000 (se cayó dos veces ahí en los entrenamientos y no salió a correr) o Jorge Lorenzo en 2016 (caída con esguince de tobillo y fractura en un dedo de la mano) pueden dar fe de ello, pero el del Repsol Honda, que ya avisó ayer que aquí no sentirá "ninguna limitación física", asegura a AS en Alemania antes de subirse a su RC213V que en absoluto le teme a ese punto.

"No es una curva que me guste y es delicada, pero no me da yuyu y asumo que uno se puede caer y hacer daño en cualquier curva", aseguraba Marc muy seguro de lo que decía. Y añadía: "Es un cambio de dirección difícil y duro para el brazo, pero es uno por vuelta, no como en Italia, por ejemplo, donde hay unos cuantos".

Esa curva fue tema de conversación en 2014 en la Comisión de Seguridad de los viernes, para ver si se modificaba, con la intención de hacerla más lenta, pero era algo que resultaba imposible por falta de espacio. Se llegaron a probar unos pianos móviles que alteraban un diseño que se introdujo en el trazado teutón en 2001, que fue cuando se hizo la última reforma en esta pista, la más corta del calendario con sus 3.671 metros y también la más descompensada, por tener 10 curvas de izquierdas y sólo tres de derechas, además de tener la particularidad de rodar en sentido contrario al de las agujas del reloj.

Atención al mayor de los Márquez en este escenario, porque ni su mermado brazo le resta confianza en una plaza en la que ha salido los diez últimos años ininterrumpidamente por la puerta grande, con victoria: una en 125cc, dos en Moto2 y siete en MotoGP. Ahora con verle de vuelta al podio ya sería suficiente, pero que nadie le descarte para nada, porque ni la temida curva 11 le da miedo.