Estreno impecable para Sainz
Todo salió rodado en la primera jornada del madrileño al volante de un Ferrari, el SF71H de 2018, en Fiorano. Volverá en la mañana del jueves.
Mañana fría invernal en Fiorano, alguna vuelta con el safety car para repasar el circuito, encendido de motores y a trabajar, no hay tiempo que perder. Carlos Sainz completó este miércoles sus primeros kilómetros como piloto de Ferrari en la Fórmula 1 al volante del SF71H de 2018. Fue en el circuito adosado a la fábrica de Maranello, repetirá en la mañana del jueves y terminará de afinar su adaptación a las maneras del Cavallino Rampante para que cuando llegue la pretemporada de Bahréin (12 a 14 de marzo) y el primer gran premio del año (28 de marzo), su única preocupación sea buscar décimas extra en el coche.
Se estrenó poco antes de las 10:00 horas y terminó sobre las 17:00 locales. El plan, según informan fuentes presentes en la prueba, salió rodado, según lo previsto con el objetivo de superar la centena de vueltas. No hay registros oficiales, pocas cosas lo son en esta pista de Fiorano (el récord de Michael Schumacher con el F2004 se fijó en 55.999). Las impresiones son buenas y es recíproco: Sainz tiene mucha experiencia en la Fórmula 1, no sólo por sus 118 grandes premios, también porque conoce el saber hacer de Faenza (Toro Rosso, hoy Alpha Tauri), Enstone (Renault, hoy Alpine) y Woking (McLaren), y ahora empieza a comprobar satisfactoriamente por qué en Ferrari han sabido fabricar tantos coches ganadores.
Acudió la plana mayor de la escudería, con Mattia Binotto y Laurent Mekies, además del presidente de la compañía y CEO interino, John Elkan. También Carlos Sainz padre. Hubo decenas de tifosi o curiosos por las calvas del circuito, al que se puede acceder desde algún tramo de carretera pública, la expectación es grande en torno al piloto madrileño, de 26 años. Con estas vueltas iniciales, Sainz se une a Fernando Alonso y Alfonso de Portago, los anteriores dos pilotos oficiales españoles que portaron la insignia de Ferrari en los grandes premios. También a Marc Gené, Pedro de la Rosa o Dani Juncadella, tres que participaron en test con diversos monoplazas italianos de Fórmula 1.
Prisas por el recorte de test
El gran reto al que se enfrentan los pilotos que cambian de equipo en 2021 está en la reducción de los test de pretemporada, que se quedan en tres. En 2020 fueron seis y en 2019, no hace tanto, ocho. Esas tres jornadas se quedan en día y medio por piloto, así que Sainz, como Ricciardo en McLaren, Alonso en Alpine o Checo en Red Bull, tendrán menos horas de pista para conocer tanto a su nueva montura como al equipo de trabajo que tengan alrededor.
El test en Fiorano resuelve los primeros pasos, obligatorios, para habituarse a los controles del volante, las comunicaciones por radio y el tipo de mensaje que le lance Riccardo Adami, su nuevo ingeniero de carrera que lo fue de Vettel. También, por encima, algunas particularidades en el modo de conducir estos monoplazas, aunque en este caso la aplicación es menos directa: el SF21 tendrá poco que ver con el SF71H porque la aerodinámica habrá sufrido hasta dos cambios relevantes en este periodo de tres años por cambios del reglamento y la unidad de potencia será completamente nueva. El coche será nuevo hasta para Leclerc, compañero de Sainz.
De Ímola a Silverstone
En invierno no hay carreras, pero el trabajo de las escuderías se intensifica para llegar al GP de Bahréin con el mejor monoplaza posible mientras se trabaja, al mismo tiempo, en los diseños de 2022. Por ejemplo, el japonés Yuki Tsunoda pilotó el Alpha Tauri en Ímola también este miércoles y Sebastian Vettel visitó la sede de Aston Martin Racing Point en Silverstone para hacerse un asiento. Otro que tendrá que probar su nueva mecánica más pronto que tarde. Al menos en eso, Ferrari y Sainz ya llevan la delantera al resto.