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RALLYS | LA INTRAHISTORIA

Todo ha cambiado: Montecarlo en tiempos de coronavirus

Con toque de queda de 18,00 a 6,00, restaurantes cerrados y prohibición de asistencia de público, la prueba más mítica de la especialidad se ve desdibujada por la pandemia.

Todo ha cambiado: Montecarlo en tiempos de coronavirus
Vincent ThuillierHyundai Motorsport / Vincent Thu

Ha pasado un año y todo ha cambiado. Desde el momento en el que se divisa la asistencia de Gap, la localidad de los Alpes que vio nacer a Sebastien Ogier, se adivina que es el mismo Rally de Montecarlo, pero en circunstancias totalmente opuestas. Si en 2020 estaba abarrotada de gente, en 2021 no hay un alma. Servidumbres del coronavirus, que ha trastocado todo. Ni siquiera la prensa acreditada puede entrar el en ‘búnker’ donde se ubican los equipos, tan sólo a un ‘corralito’ con estrictas medidas sanitarias en un par de ocasiones.

En contraposición, la caravana de coches que pacientemente esperaba su turno para comprar una hamburguesa en el McDonalds alcanzaba casi un kilómetro. Y es que en Francia las condiciones son mucho más leoninas que en España. Los restaurantes están cerrados, y tan sólo se permite vender comida para llevar, el famoso ‘take away’. Así, un humilde servidor de la pluma se apañó en su primer día del ‘nuevo’ Montecarlo con una pizza ingerida en el coche al mediodía y una triste ensalada comprada en el ‘súper’ en la habitación del hotel por la noche…porque hay que estar recogido antes de las 6 de la tarde, y no se puede salir hasta las 6 de la mañana.

Así estaban los garajes en 2020.
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Así estaban los garajes en 2020.Fabien DufourHyundai Motorsport / Fabien Dufo

Dani Sordo se mostraba desesperado: “Esto es una mierda. Llevo una semana aquí y no he hecho otra cosa que ir del hotel al coche y del coche al hotel. Ni deporte he podido hacer al acabar los reconocimientos. Y luego, ver un rally sin gente es muy triste. Supongo que cuando volvamos a tener público también nos resultará extraño”. Sebastien Ogier, que se privado del calor de los suyos en el rally de casa, se consuela con que “espero que desde la televisión sigan apoyándome de igual manera”.

Entre los medios de comunicación las cifras son claras: en esta ocasión se han acreditado menos de la mitad de los enviados especiales que el año pasado. Y, en cierto grado, tiene lógica. Si casi posibilidad de acercarse a los equipos, pilotos o tramos, no tiene mucho sentido hacer el desplazamiento. La nueva normalidad lo llaman.