La gran esperanza de Alonso y Sainz para ganar, ¿en peligro?
Desde Italia aseguran que en febrero habrá una reunión para decidir si se aplaza la llegada de la nueva generación de coches al 2023. La F1 lo niega.
Seguramente, el deseo más repetido que los integrantes del Mundial de Fórmula 1 formularon el pasado 1 de enero fue poder disputar una temporada normal tras las complicaciones que el campeonato encontró en 2020 por la pandemia del coronavirus. Un anhelo, que 13 días después, parece muy lejos de poder cumplirse.
Si este lunes el campeonato anunciaba que Albert Park no será la primera cita del 2021 por la crisis sanitaria que está provocando la COVID-19 en Australia y que la caravana del Gran Circo no viajará hasta Shanghái a mediados de abril por este mismo motivo, este martes 'La Gazzetta Dello Sport' informa de una noticia que puede provocar un auténtico terremoto en la competición.
Ferrari puede ejercer su derecho de veto
Según señala el periódico de Milán, en las próximas semanas está prevista una reunión entre los principales dirigentes de Mercedes, Ferrari, Alpine, McLaren, Alpha Tauri, Williams, Red Bull, Haas, Alfa Romeo y Racing Point, la FIA y Liberty Media para votar si aplazar un año más, hasta 2023, la entrada en vigor de las mayores permutas a nivel técnico, financiero y deportivo que se recuerdan en 71 años de historia de la competición.
Una importante medida que se justificaría por el grave perjuicio que están padeciendo los equipos con sede en Gran Bretaña desde principios de enero, que han tenido que cesar gran parte de su actividad hasta mediados de febrero por orden del primer ministro Boris Johnson, y el enorme gasto que requiere el desarrollo de la nueva generación de monoplazas, muy simplificados a nivel aerodinámico, difusor o fondo plano para mejorar su frenada, estabilidad y paso por curva.
Una conferencia donde Mattia Binotto volvería a tener un papel muy destacado, ya que desde este medio no descarta que Ferrari ejerza su derecho de veto e impida la aprobación de esta segunda prórroga. Las altas esferas de Maranello contemplan estos cambios como su gran oportunidad para romper la hegemonía de Mercedes y volver a la senda de la victoria de la mano de Carlos Sainz y Charles Leclerc, si bien el sentido de responsabilidad hacia la Fórmula 1 y los equipos más pequeños puede volver a imponerse al norte de Italia y aceptar una nueva congelación.
La F1 niega que vaya a aplazarse el cambio de normativa al 2023
"Cualquier sugerencia de que se retrasarán las regulaciones de 2022 es incorrecta y no se ha discutido. Las nuevas regulaciones están diseñadas para mejorar la competencia en la pista y dar a nuestros fanáticos carreras más cercanas. Esto, combinado con las nuevas regulaciones financieras, mejorará la Fórmula 1 y creará un modelo comercial más saludable y fuerte para todo el deporte", ha respondido un portavoz del Mundial al ser preguntado por esta indagación.
Con una cuota fija de 35 millones de dólares (28 millones de euros) para cada formación que conforma la parrilla, otro tributo de 70 millones de dólares (57 millones de euros) a repartir entre Mercedes (17 millones de euros) Red Bull (13), McLaren (5), Renault (4), Ferrari (12) y Williams (4) por haber sido en algún momento de la historia los más rápidos sobre la pista y una asignación de 539 millones de dólares (442 millones de euros) en función de la posición que haya terminado cada equipo en el Mundial, 97 millones de dólares (79 millones de euros) y 150 millones de euros (122 millones de euros) es el dinero que van a recibir Alpine y Ferrari este año por parte de Liberty Media.
Unas ganancias que se han reducido a la mitad debido a la grave crisis económica que ha provocado la pandemia del coronavirus, que ha imposibilitado el acceso del público a las gradas de los circuitos, si bien la nota positiva es que las diferencias entre los devengos de los equipos grandes con respecto a los pequeños se han reducido considerablemente.