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MOTOGP

Aquella última curva de última vuelta entre Sete y Rossi

2005 deparó uno de los momentos más sonados de Jerez, con un Sete que para unos pecó de blando y con un Rossi que para otros jugó sucio al utilizar al español de peralte.

MotoGP rider Sete Gibernau of Spain (R) on his Honda passes Valentino Rossi of Italy on his Yamaha before crashing on the last curve of the Spanish Grand Prix in Jerez de la Frontera April 10, 2005. Rossi won the race in 45 minutes 43.156 seconds followed by Gibernau. REUTERS/Stringer 
 PUBLICADA 11/04/05 NA MA48 5COL
STRDIARIO AS

El circuito de Jerez ha deparado grandes momentos de la historia del motociclismo y, sondeados los lectores por los especialistas en el mundo cibernético, el más sonado de todos resulta el protagonizado entre Valentino Rossi y Sete Gibernau en aquella última curva de última vuelta en la carrera de MotoGP de 2005.

Para unos, Sete pecó de blando al dejar demasiado hueco marchando en cabeza. Para otros, Valentino jugó sucio al utilizar al español de peralte, porque con la trazada tan cerrada por la que optó se hubiera salido de no apoyarse en su rival. Dirección de Carrera miró para otro lado, lo entendió como un lance de carrera y el 46 cruzó la meta con 8.6 sobre el 15, que volvió a la pista dolorido en el hombro. De sus gestos de dolor camino del podio se mofó su rival ante las cámaras y aquel día Rossi se cargó cualquier opción de título de Gibernau, que acabó séptimo el Mundial y sin apretarle, no como en los dos años anteriores, cuando fue subcampeón y le ganó ocho carreras.

Valentino Rossi celebra su victoria en el Gran Premio de España de Jerez el 10 de abril de 2005 tras una dura batalla con Sete Gibernau. AFP PHOTO/ CRISTINA QUICLER
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Valentino Rossi celebra su victoria en el Gran Premio de España de Jerez el 10 de abril de 2005 tras una dura batalla con Sete Gibernau. AFP PHOTO/ CRISTINA QUICLERCRISTINA QUICLERAFP

Para el de Tavullia era vital ganarle aquella carrera al nieto de don Paco Bultó, que llegaba muy crecido al inicio del campeonato tras una pretemporada muy prometedora. Su superioridad fue tal que, el último día de test en Australia, ordenó cerrar el box y marcharse a la playa, algo que llegó a oídos de sus rivales, especialmente de un Rossi que se veía más contra las cuerdas que nunca. Sin embargo, aquella carrera de Jerez le dio el campeonato a las primeras de cambio, porque se quedó sin rival.

Sete Gibernau choca con Valentino Rossi y pisa la gravilla del circuito de Jerez.
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Sete Gibernau choca con Valentino Rossi y pisa la gravilla del circuito de Jerez.STRREUTERS

Personalmente, recuerdo ver aquella carrera a pie de pista, justamente en la última curva, llamada desde 2013 curva Jorge Lorenzo, y me pareció desde el primer instante que Rossi sabía perfectamente lo que hacía y que había jugado sucio con Sete. La carrera había sido trepidante gracias al duelo entre ambos y un final así deslucía a mi entender el espectáculo visto. Sin embargo, encontré más debate que nunca una vez acabada la carrera y el primero que me llevó la contraria fue el añorado Marco Simoncelli, que también vio el final de la prueba donde yo me encontraba. Ese día SuperSic estaba radiante, porque había ganado en 125cc y, cuando me giré hacia él para preguntarle qué le parecía lo que había sucedido, se encogió de hombros y se sonrió como queriendo decir “cosas de Vale”. Y es que es día el 46 estaba puesto a ganar por lo civil o lo criminal y con esa acción consiguió mucho más que una victoria, la vía libre hacia otro título.