MOTOGP
Guareschi pasó mucho miedo probando el 'botón mágico' de Ducati en 2003-2004
"Recuerdo que en Mugello, después de Arrabbiata 2, frené en Scarperia. Y en lugar de bajarse la moto, el mecanismo disparó la moto hacia arriba y salí volando".
Ha sido la gran atracción técnica de la pretemporada del Mundial de MotoGP 2020. Si. Estamos hablando del 'botón mágico' que introdujo Ducati la temporada pasada en la Desmosedici GP19 para mejorar la tracción en las salidas de los grandes premios. Un sistema, que hace bajar el centro de gravedad de la moto, recudiendo de esta forma la transferencia de carga y el efecto anti-wheelie (caballitos), que Aprilia, Honda y Yamaha han intentado incorporar este año en sus monturas para no quedarse rezagados frente al fabricante de Borgo Panigale.
Una ardua misión que todo parece indicar que no van a poder conseguir, ya que los técnicos comandados por Gigi Dall'gna usaron las pruebas en Sepang y Losail para perfeccionar este dispositivo y poder usarlo también durante las carreras, algo que lleva haciendo Jack Miller desde el Gran Premio de Tailandia 2019. Sin embargo, este miércoles hemos sabido que Miller no es el primer piloto que realiza este tipo de ensayos para la marca italiana en su objetivo por degradar menos los neumáticos y generar más carga aerodinámica en el tren delantero.
"Solíamos llamarlo el dispositivo de descenso. Porque la moto bajaba por sí sola durante las frenadas. Lo probamos en 2003 y 2004 e hicimos una gran cantidad de experimentos y kilómetros", asegura Vittoriano Guareschi en 'GPOne' antes de rememorar el doloroso episodio que sufrió en Mugello por este sistema: "Era una extaña invención, muy mecánica y nada electrónica, con complicaciones que nunca pudimos superar. Pero pasé momentos de mucho miedo. Recuerdo que en Mugello, después de Arrabbiata 2, frené en Scarperia. Y en lugar de bajarse la moto, el mecanismo disparó la moto hacia arriba y salí volando".
Guareschi, que fue piloto probador de Ducati desde 2002 hasta 2009, se considera un auténtico superviviente, ya que era el encargado de evaluar todas las novedades técnicas que los ingenieros de Bolonia ideaban para impulsar el rendimento de la GP4, una montura que volaba en las rectas pero que no giraba en las curvas: "Probamos usar también el embrague electrónico para guardar la gasolina e ir más rápido en las rectas. Al frenar, el motor prácticamente se detenía y la moto se quedaba en punto muerto, volviendo a encenderse cuando abriamos gas en una curva. Era un sistema muy ingenioso, pero también muy difícil de desarrollar y de entender para el piloto. Era manejado por un sistema mixto hidráulico y electrónico. Había tubos y unidades de control. ¡Soy milagrosamente un superviviente! Hacía todo esto con motos que ya alcanzaban los 350 km/h. Recuerdo que en Barcelona llegué a marcar 348, pero el problema de nuestra moto simplemente es que no giraba. Iba bien en las rectas, pero las curvas no eran uno de los puntos fuertes de la GP4".
Primero fueron los alerones, después el deflector anclado al basculante y ahora es el dispositivo Holeshot. La fábrica de Borgo Panigale vuelve a marcar tendencia en el campeonato con una innovación técnica que, tal y como demuestra el testimonio de Vittoriano Guareschi, es el resultado de laboriosos años de trabajo en la sombra. Ya lo dijo su gurú en la presentación de la Desmosedici GP20: "Un buen técnico busca en el filo del reglamento, si no está haciendo algo mal".