70 años de F1
1950 marcó el inicio del Gran Circo, en un Mundial celebrado casi íntegramente en Europa y que fue dominado por Alfa Romeo, con Fangio y Farina al frente.
Era 13 de mayo de 1950, y el circuito de Silverstone en Gran Bretaña iba a ser escenario del nacimiento de una nueva competición automovilística, la Fórmula 1. Este 2020 se cumplen 70 años de esta efeméride, y el Gran Circo ha cambiado mucho desde aquella colección de siete carreras que se celebraron en Europa, con la excepción del Indianápolis 500, hasta el enorme dispositivo que caracteriza hoy en día la Fórmula 1, que toca varios continentes y que, según apuntó recientemente el presidente de la FIA, Jean Todt, busca seguir expandiéndose. Sin embargo, la primera edición fue mucho más sencilla y, hasta cierto punto, caótica, con un total de 81 pilotos que participaron en las siete pruebas que constituyeron aquel primer Mundial, aunque solo 22 puntuaron. Alfa Romeo, con Juan Manuel Fangio y Giuseppe Farina como sus pilotos, fue la mejor escudería de largo, y Farina fue el primer campeón, batiendo en la última carrera a su compañero Fangio.
Junto a ellos dos completó el podio final otro de los pilotos de Alfa Romeo, el italiano Luigi Fagioli, entonces con 50 años. La escudería milanesa no tuvo rival, llegándose al extremo de que Ferrari, que reinaría en el Mundial en los años siguientes, no entró en la contienda hasta la segunda carrera, celebrada en el circuito de Mónaco. Ahí, Fangio hizo triplete: pole, victoria y vuelta rápida. No sería la única victoria del argentino, que consiguió dos más, las mismas que su compañero Farina. Ambos reinaron en la vertiente europea de aquel primer Mundial de Fórmula 1. Más allá de estos, el francés Louis Rosier, del equipo Automobiles Talbot-Darracq, fue cuarto en la clasificación final. Entre los pilotos pioneros hubo tres campeones del mundo, los ya mencionados Farina, que ganó solo ese año, y Fangio, que fue pentacampeón, y Alberto Ascari, a bordo de uno de los bólidos de Ferrari, que se subiría a lo más alto del podio en 1951 y 1952.
Aquel primer Mundial comenzó en mayo y terminó en septiembre, y se celebró en los circuitos de Silverstone, Mónaco, Indianápolis, Bremgarten, Spa, Reims y Monza. Aquellas no fueron las únicas carreras, ya que, como había ocurrido en años anteriores, se siguieron celebrando pruebas que no contaban para la clasificación, pero que arrastraban público. Estas se produjeron en autódromos que posteriormente llegarían a la Fórmula 1, como Pedralbes, Zandvoort o Pescara. En aquella primera edición de la Fórmula 1, solamente puntuaron los pilotos, y concretamente los cinco primeros de cada carrera. Estos recibían 8, 6, 4, 3 y 2 puntos respectivamente, y había un punto suplementario para el piloto que marcase la vuelta rápida en cada carrera.
El baile de los pilotos
La estructura de los equipos en 1950 fue bastante caótica, y estuvo dividida por la mitad. De un lado se encontraban las escuderías que contaban con varios pilotos, como Ferrari, Scuderia Ambrosiana y Scuderia Achille Varzi, y de otro estaban los equipos creados ad hoc para uno o varios pilotos. Asimismo, varios corredores disputaron las pruebas de aquel primer calendario con varios equipos. Hubo incluso un caso de un piloto que corrió en tres escuderías aquel año, el francés Raymond Sommer, que se subió a los coches de Ferrari, Talbot-Darracq y su propio equipo. Entre los constructores destacó la empresa francesa Talbot-Lago, que proporcionó motores a la escudería que llevaba su nombre y a nueve equipos privados.
Por si esto fuera poco, era práctica habitual en aquel primer Mundial de Fórmula 1 que algunos pilotos compartieran el coche en varias de las carreras. Esto podía pasar cuando uno de los corredores estrella se veía obligado a abandonar la carrera y la continuaba con otro bólido. El caso más curioso se produjo en el Gran Premio de Italia, la prueba con la que concluyó aquel primer Mundial. El piloto italiano Dorino Serafini, que no había participado en ninguna carrera hasta entonces, se subió a uno de los coches de Ferrari, pero a la mitad de la prueba, el piloto más emblemático de aquel primer Cavallino Rampante, Alberto Ascari, le sustituyó, y acabó en segunda posición. De acuerdo a las reglas de aquel Mundial, Ascari y Serafini se repartieron equitativamente los 6 puntos que les correspondían, lo que le valió a Serafini para apuntarse sus únicos puntos de la temporada en su única participación.
De entre todos los que corrieron en algún gran premio en 1950, hay algún caso curioso. Participó, por ejemplo, un miembro de la realeza, el príncipe B. Bira de Tailandia, miembro del equipo Enrico Platé. Bira era nieto del rey Mongkut de Siam, en el que se basó la novela Ana y el rey, que se llevó posteriormente al cine, y consiguió acabar en la octava posición de la clasificación, con un cuarto puesto en Suiza como mejor resultado. El piloto tailandés permaneció en la Fórmula 1 cuatro temporadas más. Unas posiciones más abajo en la tabla, con ningún punto en las dos carreras en las que participó, se encuentra Maurice Trintignant, uno de los pilotos con una carrera más larga en la Fórmula 1, 14 años, y el tío del actor francés Jean-Louis Trintignant, uno de los intérpretes más célebres de los últimos 50 años en su país.
¿El primer Mundial?
Existe una cierta polémica en torno al hecho de si el de 1950 fue el primer Mundial de la historia. En lo referido a la Fórmula 1 como la conocemos hoy en día no hay ninguna duda, pero es cierto que existen precedentes que obligan a abrir la perspectiva. En los últimos años del siglo XIX, se empezaron a celebrar algunas carreras en las que solamente participaban pilotos pudientes. A medida que pasó el tiempo, las pruebas eran cada vez más frecuentes, lo que provocó que las marcas se fueran implicando y que más personas participasen. Pronto empezaron a sucederse nombres que se harían habituales con el tiempo: Mugello, Monza, Spa… El 14 de abril de 1929 se celebró el primer Gran Premio de Mónaco en el circuito urbano del principado, que se convertiría en uno de los más emblemáticos del calendario.
La siguiente fecha importante es 1947, cuando se fundó la Federación Internacional de Automovilismo (FIA). Este hecho aceleró los acontecimientos, y tres años después, tras la creación de un nuevo reglamento al que se acogieron todos los participantes, nació la Fórmula 1. A su vez, este Mundial desapareció en 1980, y dejó paso a dos campeonatos independientes, el de pilotos y el de constructores, por decisión del patrón de la Fórmula 1, Bernie Ecclestone. Estos dos campeonatos son los que se celebran hoy en día. Por tanto, aunque se celebraron previamente grandes premios, la Fórmula 1 en sí nació en 1950.
Así lo entendieron la FIA y Liberty Media, que celebraron 1000 grandes premios de Fórmula 1 el pasado 14 de abril de 2019, fecha del Gran Premio de China. Lo que está claro, sin embargo, es que 1950 fue una fecha clave, un primer paso fundamental hacia el Gran Circo de masas que conocemos hoy. En los años siguientes, a medida que esta cita se fue consolidando en el calendario deportivo, cada vez más gente, entre pilotos, constructores y aficionados, se unió a ella, y hoy, no se concibe el motor sin la Fórmula 1. Pero todo empezó el 13 de mayo de 1950 en Silverstone.