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El desierto de Arabia está listo para la tercera vida del Dakar

El Dakar de Sainz y Alonso, el de Toyota contra Mini y el de todos frente a KTM empieza mañana en Arabia Saudí, tercera localización tras África y Sudamérica.

Yedda
El desierto de Arabia está listo para la tercera vida del Dakar
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'Si a Arabia tú vas, al cruzar ese umbral, tus sueños allí se harán realidad con su magia oriental. Si a Arabia tú vas, sentirás su poder, la magia ahí está, su arena te da más de lo que crees'. Eso dicen los dos primeros compases de una de las bandas sonoras más recordadas del cine, la de 'Aladdin'. Una canción que viene a cuento porque la famosa película de Disney comparte escenario con una aventura única, la del rally más duro del mundo, que comienza hoy su tercera etapa: el Dakar 2020 en Arabia Saudí.

Los 342 pilotos inscritos en la 42ª edición de la prueba se enfrentarán a las mismas dunas en las que transcurría la mágica historia, pero su destino no será la Cueva de las Maravillas, sino Qiddiya, el final del recorrido tras doce etapas y casi 8.000 km (cerca de 4.300 de especiales), y el sitio en el que quieren terminar todos ellos. Para un amplio porcentaje, no será posible. El Dakar acostumbra a ir diciendo adiós poco a poco a muchos de ellos y este año se espera que sea incluso más duro por el largo kilometraje de cada día.

El primero de ellos va de Yeda a Al Wajh, tiene 319 km de tramos cronometrados (y una breve neutralización) y será una prueba de fuego para todos. Lo será por su mezcla de cañones y ríos secos con dunas, pistas rápidas y múltiples cruces que complicarán mucho la navegación, pero también porque habrá que controlar ese ímpetu de empujar al máximo con el fin de evitar que el caballo se desboque a la primera de cambio. Ser rápido sin arriesgar más de la cuenta es la clave que buscarán todos, empezando por los protagonistas de las cuatro ruedas.

Un cartel de lujo encabezado por Al Attiyah, De Villiers o Peterhansel y, por supuesto, Sainz, Roma y Alonso. Porque si algo tiene este Dakar son apellidos de altura, sobre todo los de los pilotos que más gloria han dado al automovilismo español en sus disciplinas más importantes, los rallys y la Fórmula 1. Ellos, Carlos y Fernando, forman parte de bandos opuestos, los buggys de Mini y los 4x4 de Toyota, principales candidatos a todo, aunque no deben descuidarse porque detrás tendrán fieras esperando su oportunidad.

Nani, Przygonski, Al Rajhi o Serradori son muy rápidos y, aun con peores armas, pueden dar algún susto a los favoritos. Y si la variedad de opciones que presentan los coches se le antoja escasa a alguien, solo tiene que mirar al otro lado de la pista, al de las motos. Aquí, pese al largo dominio de KTM (solo ganan ellos desde 2001), se espera una igualdad máxima. Price, Walkner y Sunderland de naranja; Barreda, Benavides y Brabec con Honda; Van Beveren y De Soultrait con la Yamaha; las Husqvarna de Quintanilla y Short; Gonçalves y su Hero…

Se hace difícil reducir el número de favoritos con tanto talento, y por detrás lo sigue habiendo con españoles como Laia Sanz y Santolino. Continuando con otro piloto nacional, Farrés estará en la lucha en 'side by side'; en quads, el chileno Casale parte como hombre a batir; y en los camiones, Kamaz, Maz e Iveco serán los que pugnen por ganar en la arena árabe. El premio no es una lámpara con un genio, es algo mejor, es vencer a un nuevo desierto, aunque…: 'Si a Arabia tú vas, tendrás que asumir, que el desierto es cruel, acepta su ley para sobrevivir'.