La carrera que se resolvió por solo 14 centésimas
El Gran Premio de España, uno de los más importantes de la Fórmula 1, tiene grandes anécdotas, como la victoria de Senna sobre la bocina en 1986.
España es uno de los países en los que la afición a la Fórmula 1 ha subido más, y en eso tiene mucho que ver el Gran Premio de España, una de las fechas clave en el Gran Circo. La prueba, presente en el calendario de la Fórmula 1 de manera ininterrumpida desde 1986, se ha celebrado en diferentes circuitos, tanto urbanos como de competición, y ha sido el escenario de grandes triunfos, como los seis de Michael Schumacher o los cuatro de Lewis Hamilton, que aún podría alcanzar al legendario piloto alemán, y de momentos históricos, como la edición de 1986, la primera que se celebró en el circuito de Jerez, en la que Ayrton Senna derrotó a Nigel Mansell por una distancia de 0,014 segundos. El barcelonés circuito de Montmeló es la sede del Gran Premio desde 1991, aunque otros cuatro han acogido la prueba desde que existe la Fórmula 1.
Antes de que el Gran Circo llegase a España, se habían celebrado ya algunas carreras en España, en los circuitos de Sitges-Terramar y Lasarte. En 1946, unos años después del final de la Guerra Civil, se estrenó el circuito urbano de Pedralbes, en Barcelona, que sería la primera sede de la carrera en 1951. El campeón del Mundial de ese año, el argentino Juan Manuel Fangio, descolgó la victoria en aquella primera edición. Solamente se celebraría un Gran Premio de España más en Pedralbes, el de 1954, vencido por el piloto británico de Ferrari Mike Hawthorn. La razón de esto fue el cambio en las reglas de seguridad de los espectadores que siguió a un accidente en las 24 Horas de Le Mans de 1955 en el que murieron más de 80 personas. Pedralbes no pasó el corte y se decidió que no acogiese ninguna prueba más.
Pasaron 13 años hasta que el Gran Premio de España volviese a celebrarse, en 1967, aunque esta vez lo hizo en un nuevo circuito, el del Jarama, cercano a Madrid. Un año después, se decidió que el Jarama se alternaría con el recién construido circuito urbano de Montjuïc, en Barcelona, en la organización de la prueba. Este sistema funcionó hasta la edición de 1975, en la que uno de los alerones traseros del coche del alemán Rolf Stommelen se soltó e impactó en una de las gradas, resultando en la muerte de cuatro espectadores. Por ello, se decidió que el Jarama sería el único circuito en acoger la carrera. A partir de 1976, la afición presenció en este escenario dos victorias de Mario Andretti, así como triunfos de otros pilotos, como James Hunt o Gilles Villeneuve. Sin embargo, con los años, el circuito fue perdiendo fuerza, y en 1981, el Jarama acogió su último Gran Premio de España.
El largo camino hasta Montmeló
En 1986, y tras una ausencia de cuatro años, el Gran Premio de España volvió a celebrarse, ya de forma inamovible en el calendario del Gran Circo. El nuevo escenario fue el recién estrenado circuito de Jerez, que acogió la prueba en cinco ocasiones. Los pilotos más laureados de esta época fueron Ayrton Senna y Alain Prost, ambos con dos victorias. El Gran Premio de España solamente duró cuatro años en Jerez, que en 1990 dejó de ser sede de la carrera, aunque en 1994 y 1997 acogió otra prueba del calendario, el Gran Premio de Europa.
Tras dejar Jerez, la FIA decidió trasladar la prueba al circuito de Montmeló, que se había construido con motivo de los Juegos Olímpicos de Barcelona 1992, y que acogió las carreras de ciclismo en este evento. El velódromo catalán es desde 1991 la sede del Gran Premio de España, y ha sido el escenario de grandes éxitos, como el doble triunfo de Fernando Alonso, que en 2006 se convirtió en el primer español en ganar este Gran Premio, y que repitió resultado en 2013.
Esta exclusividad de Montmeló como sede del Gran Premio de España estuvo a punto de terminar en 2013, cuando la FIA decidió que la prueba se celebraría en años alternos en ese circuito y en las calles de Valencia, que llevaban acogiendo el Gran Premio de Europa desde 2008. Sin embargo, los problemas económicos provocaron que los responsables del circuito valenciano renunciasen a esta posibilidad, y que Montmeló siga siendo la sede del Gran Premio de España hasta ahora.