Remontada agónica de Carlos VI
El madrileño acaba sexto el Mundial adelantando en la última vuelta por el punto definitivo. Hamilton ganó sobradísimo con Verstappen y Leclerc en el podio.
De todas las fiestas a las que haya asistido Lewis Hamilton en honor a su sexto Mundial, el GP de Abu Dhabi fue sin duda el mayor homenaje y se lo montó él solo, para sí mismo, con la más absoluta hegemonía como resultado: 'Gran Chelem', ganó la carrera liderando de cabo a rabo firmando también la pole y la vuelta rápida. Y, por encima de todo, corrió sin oposición alguna, con hasta 15 segundos de ventaja sobre su mayor amenaza, Verstappen y Leclerc. Y lo de amenaza es por llamarlo de alguna forma.
Al menos ‘Mad Max’ y el joven Charles no podrán quejarse el año que viene, el primero en el que aspiran a luchar por un título, de que no están avisados: los dos acompañaron al campeón por ese orden en el último podio de la temporada, los dos saben que no sólo valdrá con talento y valentía para acercarse siquiera a este increíble binomio Lewis-Mercedes. Y eso que los tiranos del futuro dieron gracia a la carrera final: Leclerc adelantó a Verstappen en la primera vuelta, jugándose el tipo al final de la larga recta, idéntico escenario donde el neerlandés se la devolvió tras el baile de los ‘pit stop’. Para baile, por cierto, el de Ferrari en la calle de boxes cuando intentó parar a sus dos coches consecutivamente, esa maniobra que tantas veces ha bordado Mercedes, y tuvo a Vettel siete segundos sobre los gatos. Ambos fueron a dos paradas, pero no había ritmo para nada más en el monoplaza de Maranello este fin de semana.
Con el frente claramente establecido, y remontando Bottas desde el fondo hasta asustar a Leclerc, la emoción en Yas Marina estuvo en manos de Sainz, McLaren, Renault y un espetacular 'Checo' Pérez. Salió bien el madrileño, que pasó fácil a Ricciardo y a punto estuvo de superar a Norris, pero falló el equipo en el muro porque sufrieron un ‘undercut’ del australiano y un ‘overcut’ de Hulkenberg, como si eso fuera posible. Tuvo que ponerse el traje de las remontadas Sainz para regresar a los puestos con puntos, ya que Gasly estaba fuera de juego desde la salida por un toque con los Racing Point pero Carlos necesitaba sumar uno para ser sexto del Mundial.
Ante la estrategia dudosa, con Norris generando un tren y ‘Checo’ reventando todos los planes acabando con neumáticos nuevos (hizo 40 vueltas con el medio), McLaren optó por parar una vez más a Sainz, que iba 10º y caía hasta el 13º, obligado a recuperar posiciones en la pista con 15 vueltas por delante y a casi 20 segundos de los puntos. Al menos había ritmo: empezó metiendo hasta tres por vuelta a su excompañero, Hulkenberg. Lo que casi no había era vueltas. Pasó a Magnussen y Raikkonen y siguió volando. Con el alemán se emparejó a falta de un paso por meta para hacerle el penúltimo adelantamiento de su carrera en la F1. El último lo firmó Ricciardo, los dos Renault fuera de los puntos.
Sobre la bocina, Leclerc (3º) no necesitó defenderse de Bottas (4º), Vettel (5º y dos paradas) pasó a Albon (6º) con dificultades, Perez (7º) se merendó a Lando (8º), Kvyat (9º) pescó en río revuelto y… ¡Carlos Sainz acabó décimo! Con ese punto supera a Gasly y finaliza sexto del Mundial, por delante de los dos segundos pilotos de Red Bull esta temporada, cosechando él solo más puntos que todo Renault. Un meritorio final para la mejor temporada de su vida en la Fórmula 1, coronada con el podio de Brasil. Delante, muy delante, otros luchaban por el podio. Y a un mundo, quizás en otra galaxia, Hamilton ya estaba prendiendo la mecha de los fuegos artificiales.