Pole de oro de Álex Márquez camino de su esperado título

Qué buena pinta tiene, desde el principio, el GP de Malasia para Álex Márquez y para los muchos que deseamos verle coronarse campeón de Moto2. El buen inicio del viernes, cuando acabó la jornada en posiciones de título, ha tenido continuidad el sábado con la consecución de una pole de oro que hará crecer aún más su confianza.

Al del Estrella Galicia se le ve muy suelto encima de su Kalex y relajado cuando se baja de ella, lo que es la mejor noticia posible para alguien que tiene al alcance de la mano un título que ni de lejos estuvo cerca de cerrar en Australia. Allí salvó los muebles con un octavo que apretaba un poco la clasificación combinado con la victoria de Binder (se ponía a 33 puntos), el tercero de Luthi (a 28) y el cuarto de Navarro (a 43). Ahora, en cambio, es él quien tensa la cuerda y, aunque Binder le superó por la mañana en el FP3, por la tarde lo dejó a 0.315 de distancia, y con Nagashima entre medias.

Con el japonés ya coincidió en la carrera anterior y es enemigo correoso. Aquí, por la mañana, sufrió una caída a la vez que Baldassarri en un punto con mucho tráfico y ayer ya le pegó un duro hachazo a Álex, pero no hay que preocuparse más de la cuenta con él porque es de los honestos.

Respecto a Luthi, el suizo saldrá quinto, entre Vierge que fue cuarto y Martín que terminó sexto, y Navarro lo hará decimoquinto, muy perjudicado por una caída al comienzo de la Q2. Cruzando la meta por delante de ellos dos y de Binder, Alex será campeón sin tener que recurrir a las variadas combinaciones que la dan aquí el título. Es decir, que el camino más corto para el que sería su segundo entorchado mundial, porque ya fue campeón de Moto3 en 2014, es el de la victoria.

Volviendo a la pole del hermano de Marc, destacar que es la sexta de la temporada para él. Las anteriores fueron Alemania (la transformó en victoria), República Checa (victoria), Gran Bretaña (caída), Aragón (tercero) y Tailandia (quinto). A ver qué pasa con la de Malasia, la que probablemente haya llegado en el mejor momento posible.