El club de fans de Marc Márquez estuvo ingenioso con la celebración del octavo título mundial de su piloto y para que saliera bien volvieron a contar con la complicidad de Guille Carrillo, que es mecánico de confianza de Álex y es al que esta vez le tocó disfrazarse de juez de billar.
Carrillo ya se vistió de samurái en Japón y estuvo también muy cerca en la del dado del sexto título, por citar sólo algunas. Ahora, en Buriram se vistió de smoking y le entregó el taco de billar, al que dio tiza, para que el ya octacampeón embocara la bola 8.
"No tenía truco la bola 8 y estaba sufriendo por si no la metía, pero la bola 8 tiene siempre muchos intentos para meterla, pero él, como siempre, ha acertado a la primera", aseguraba en pit lane a este diario antes de revelar la conversación que tuvo con el hermano de su piloto: "Le he dicho que estuviera tranquilo y que si no la metía a la primera, pues que improvisase, pero que la tenía que meter".
Álex, por su parte, aseguraba que "Guille es un crack, aunque debe estar pasando un calor tremendo vestido así el pobre aquí". Pero el mecánico estaba encantado de la vida: "Yo hago lo que me pidan. No hay problema". El año que viene lo mismo tienen que volver a recurrir a él…
Minutos después, en la rueda de prensa, Marc dijo: "Me ha gustado, aunque me he puesto muy nervioso y me temblaba el brazo, porque estaba agarrotado después de la carrera, ¡pero la he metido a la primera!".