Schumacher: regreso al futuro
Mick pilotó el Ferrari F2004 con el que su padre arrasó en su última corona. Alemania lo celebró en el que puede ser su último gran premio, por ahora.
Sentarse frente al Ferrari F2004 y escuchar su lento arranque da para muchas reflexiones: qué aerodinámica tan simple, en comparación con las obras de ingeniería actuales, y a la vez tan compleja recordando a los rivales de la época. Ni ‘bargeboards’, ni ‘boomerang’ ni flaps, tampoco MGU-H o MGU-K, porque bajo la carcasa reposa el motor V10 que inventó aficionados a la Fórmula 1 en casi cualquier rincón del planeta. En Hockenheim lo pilotó de nuevo Schumacher. Mick, el hijo del ‘Kaiser’, en el nombre del padre. Aquel monoplaza ganó 15 carreras de 18, 13 de ellas las firmó Michael y las otras dos, Rubens Barrichello. Fueron campeón y subcampeón, respectivamente, y así se consiguió el último doblete de títulos de Maranello.
De espaldas, el alemán de 19 años, campeón de la F3 en 2018, podría pasar perfectamente por Michael. De frente, su juventud le delata. ¿Llegará a la F1? Sí. Pocos pilotos lo harán con más kilómetros que él a sus espaldas, porque regularmente se sube a un monoplaza de primer nivel en Fiorano para hacer test y más test privados. Le espera un sitio en Alfa Romeo, siguiendo los pasos de Leclerc, aunque los plazos dependerán de su desempeño en la Fórmula 2 con Prema.
Alemania le espera, la grada que coreó a su padre celebró sus vueltas de exhibición, también antes de la carrera, igual que lamentó el desastre de clasificación de Vettel. No quedan tantos circuitos por el mundo en los que el aficionado sea tan entendido, por eso es una lástima que el calendario vaya cediendo eventos clásicos y trazados de verdad. Se va Hockenheim, escenario de carreras icónicas, si nada lo remedia. ¿Pero llega Schumacher?