Alerta en Mercedes por los problemas del nuevo motor

Cuando todo parecía tranquilo y sólo Williams rodaba con frecuencia en los Libres 3, apareció Lance Stroll escapando de una llamarada con el Racing Point. Su motor Mercedes tuvo algún tipo de fallo hidráulico que se está investigando a fondo y llegó convertido en barbacoa al 'pit lane' de Canadá, algo que ha puesto en alerta al fabricante alemán, porque este fin de semana todos los equipos que montan su propulsor estrenaban una esperada evolución en la unidad de potencia. Al canadiense se le sustituirá la unidad de potencia, volverá a la anterior, y la avería puede estar en el motor de combustión. El riesgo de que afecte a los monoplazas de Hamilton o Bottas es inasumible.

Ya el viernes fue Valtteri quien tuvo que ver acortada su participación en los primeros entrenamientos por culpa de una leve avería, aunque desde Brackley le restaron importancia. Las impresiones de los pilotos hasta ahora han sido buenas, "no es una gran diferencia pero se siente mejor", decía el finlandés sobre la nueva especificación, que no es una revolución de potencia porque, de alguna forma, el margen de mejora del equipo de Brixworth es cada vez más pequeño en un motor híbrido tan bien trabajado desde 2015. De hecho, el propio Lewis incidía al llegar a Montreal en las dificultades que ha tenido el equipo en ese aspecto, en que "no ha sido el inicio de temporada más sencillo".

"Ya no es como al inicio de la era híbrida, que dabas grandes pasos, ahora son ganancias pequeñas", aclara el pentacampeón, que subrayaba la "gran fiabilidad" de la primera especificación, sin fallos desde que se incorporó en el GP de Australia. La unidad de potencia de Ferrari ha mostrado fortalezas en este primer tercio del curso, incluso una cierta ventaja de la que sirve como ejemplo Haas, el cuarto mejor coche los sábados con una velocidad a una vuelta que está por encima de sus prestaciones habituales. Su punto débil, precisamente, ha estado en esa fiabilidad: le quitó una victoria segura a Leclerc en Bahréin. Los italianos introdujeron su evolución en Barcelona.