Gerard Farrés: "Ahora sólo sufro por el coche, pero no por mí"

Cuentan que hace un año Gerard Farrés bromeaba con sus compañeros motoristas. "Aquí os quedáis, que yo ya no vuelvo a sufrir así en el Dakar", les decía cuando llegaban cubiertos de fesh-fesh, polvo del desierto, o barro. Tenía razón, en parte: "Este año también hemos tragado mucho fesh-fesh... ¡pero lo comparto con Dani, eso es distinto!". El catalán ha debutado con un segundo puesto general en la categoría de buggys side-by-side después de una década brillando sobre dos ruedas (fue tercero en 2017, su mejor resultado). Ayer visitó As para hacer balance de esta primera incursión en cuatro ruedas junto a Oliveras, copiloto y excompañero en Himoinsa.

"Hubiera firmado el segundo puesto antes de ir, pero viendo cómo fue la carrera nos hemos quedado con ganas de ganar, tendremos que intentarlo el año que viene", dice Farrés, de 39 años. Porque agarraron el liderato con medio rally disputado, pero lo cedieron en la décima etapa al quedar atrapados en una duna. "Habíamos volcado, pero lo levantamos a pulso pensando en Miguel Puertas. La mala suerte fue que se rompía la cuerda cada vez que los camiones tiraban para sacarnos y hasta que no pasó Cristina (Gutiérrez) dos horas después no hubo manera", explica.

Aunque fue anterior, tampoco ayudó la especial neutralizada en la quinta etapa que los chilenos ‘Chaleco’ López y Moreno Piazzoli sí pudieron completar. Al catalán le aplicaron 26 minutos con respecto a sus rivales. "Iba a salir justo después, pero no me dejaron empezar. Si hubiera pasado con las motos o los coches habría tenido más repercusión".

Recuerda que el Dakar se lo ha dado "todo, lo bueno y lo malo", y que "ama" esta carrera, por eso hace críticas constructivas: "Por ejemplo, pasamos tres días por el mismo sector, eso es peligroso para las motos con tanto polvo y piedras. Quizás faltó tiempo para hacer un ‘roadbook’ con cariño, aunque son errores que nos afectan a todos por igual. Y también se echó en falta una figura como la de Marc Coma". "Lo positivo es que la carrera se ha salvado en un sólo país, pero el año que viene tendrán que replantearse algunas cosas", asegura. Y no sería un inconveniente cambiar de escenario: "Llevamos diez años en Sudamérica, a mí, personalmente, me encantaría ver zonas nuevas en el Dakar".

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Con el apoyo de su mujer, Anna, y sus dos hijas, además de algún que otro mensaje místico reconfortante, y "dando gracias cada día", espera volver en 2020 para luchar por la victoria en side-by-side. En moto ya no se imagina: "Ahí te juegas la piel, la caída de Quintanilla nos ha pasado a todos alguna vez. Ahora sufro por el coche, pero no por mí. Tengo el cuerpo lleno de cicatrices, pero les veo en la pista y alucino. Toby Price es ‘Terminator’ y Laia Sanz multiplica sus fuerzas. Aunque también me sorprenden los ‘Original’, sin asistencia". Él regresará con el buggy a por su ‘Touareg’.

¿Dónde está el 'Touareg'?

"Ya verás, Dani, que este va a ser el momento más mágico de tu carrera". Gerard Farrés preparaba a Oliveras para el podio del Dakar 2019, en la playa de La Magdalena, Lima. Ahí debían recoger su trofeo como segundos clasificados en la categoría de side-by-side, el mítico ‘Touareg’. Abrazados, salieron, saludaron a la gente, recogieron una placa. "Que ahora nos dan el otro, Dani, ya verás", le dijo. Pero no, no había más que esa placa conmemorativa por la que ya ha hecho algún comentario a los organizadores, en busca del trofeo verdadero. "Puede parecer una tontería, pero es como si no te dan una medalla olímpica en los Juegos, que la nuestra es una categoría oficial", dice el catalán, medio en broma, pero en serio: "Que estoy triste, ¡comprobando en los vídeos a quién se lo han dado y a quién no!". Quizás tenga que buscar entre los amigos para hacer un duplicado. Habrá que preguntar a alguien que tenga muchos en la vitrina. ¿Marc Coma?