Lección de Dovizioso en agua y grandes podios de Rins y Pol
Cuarta victoria del de Ducati, en una prueba a dos mangas por bandera roja por lluvia. En la segunda, sin Márquez ni Maverick y también se cayó luego Rossi.
Se acabó el curso 2018 de MotoGP y lo hizo con la carrera más pasada por agua del año. Cómo sería que apareció la bandera roja por la lluvia en la decimocuarta vuelta y hubo que disputar una segunda manda a catorce vueltas. Y ahí, en la reanudación, Dovizioso volvió a demostrar que es el príncipe de las mareas, con una lección magistral a lomos de la Ducati sobre el asfalto empapado del Ricardo Tormo.Y tras él cruzaron la meta, para acompañarle en el podio, Rins, que lo pisa por quinta vez en su segunda temporada en la clase reina, y Pol, que se estrena en la categoría y le da a KTM también su primer cajón en MotoGP.
La bandera roja llegó tras 11 caídas, todas por culpa de la lluvia, en la decimocuarta vuelta, pero contó la anterior, la decimotercera, por ser la última completa de todos, para la salida de la segunda manga. La razón de que no se diera por finalizada en ese momento la prueba estaba en que no se habían cumplido tres cuartos de la prueba, programada a 27 vueltas. En el momento de la suspensión, Dovizioso y Rossi ya iban por delante de Rins, que se había puesto líder desde el principio y llegó a gozar de cuatro segundos de ventaja. El de Suzuki encabezó una nueva parrilla en la que tenía a su lado en la primera fila a Dovizioso y Rossi. La segunda, para Pedrosa, Zarco y Nakagami. La tercera, para Bautista, Pol y Redding. La cuarta, para Syahrin, Lorenzo y Bradl. Y la quinta, para Pirro, Abraham y Torres.
Faltaron muchos pilotos a esa segunda parrilla y fue debido a las numerosas caídas que hubo. Por orden de llegada: Aleix, Miller, Pirro, Petrucci, Luthi, Pol (pudo reemprender la marcha tras un intenso duelo con Márquez), Márquez (se cayó en la curva 9, cuando iba tercero, en la vuelta siete), Iannone, Morbidelli, Maverick y Smith .
La reanudación fue por momentos parecida a la primera manga, con Rins liderando y Dovizioso y Rossi siguiendo sus pasos, aunque esta vez le duró mucho menos el liderato al español. Andrea se lo quitó de encima en la primera frenada de la segunda vuelta. Resultó increíble verle frenara y adelantar así, con la pista empapada y tirándose como si nada. A partir de ahí, el de Ducati voló en solitario hacia la su cuarta victoria del año (ya había ganado en Qatar, Brno y Misano), sin importarle lo que sucediera a sus espaldas.
Fue ahí donde llegó otro varapalo para Rossi y su legión de seguidores. Cuando él también había superado ya a Rins con cierta facilidad, se fue al suelo en la décima vuelta, cuando viajaba a 3.5 de la cabeza y le sacaba 1.7 al español. La suya fue la decimotercera caída de la carrera, porque antes que él también se cayó Bautista. El italiano reanudó la carrera en decimotercera posición y, cuando parecía que tenía a tiro a Lorenzo, se hizo un pequeño recto que le impidió superar finalmente al mallorquín, duodécimo en su última salida a pista con la Ducati.
La caída de Rossi sirvió para que Rins y Pol heredaran una posición. El segundo puesto de Álex no es nuevo, pero sí el tercero del pequeño de los Espargaró, que lleva dos años trabajando y sufriendo mucho con la KTM, y no sólo por las lesiones que ha tenido. Su carrera de Valencia, batallando primero con Márquez, hasta su caída, y luego con Pedrosa, hasta que se deshizo definitivamente de él, es la mejor muestra de las ganas que tenía de un resultado así. Se lo merece, como también el público asistente (97.201 almas) con lo que caía y con todo decidido,
Ver el enorme arrojo mostrado por estos gladiadores sobre ruedas. Formó parte durante muchos años de esa estirpe Dani Pedrosa, al que hay que agradecer los servicios prestados y desearle una vida feliz fuera de las carreras. Le aguarda, eso sí, la KTM para subirse a ella en calidad de probador. Será una gran forma de quitarse poco a poco el mono de la competición.