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MOTOGP | GP DE JAPÓN

Marc: "Si alguien se pone límite es que no afronta bien la vida"

"El límite no es ni para alcanzarlo ni pensarlo. No pienso ni en el futuro ni en el pasado, si no en vivir del presente", dice el campeón.

Phillip island
Marc Márquez en Phillip Island
Repsol Media / Jaime Olivares

Como no podía ser de otro modo, Marc Márquez llegó radiante al GP de Australia, con su séptimo título mundial recién conquistado en Japón.

-¿Cómo fue la celebración?

-Corta, corta, siempre se hacen cortas esas noches. La celebración fue bien. Quieras o no somos pilotos y lo celebras, pero sabiendo que teníamos una carrera este fin de semana. Estuvo bien, con el equipo había euforia.

-¿Vio la vida peligrar o el hombro salirse de nuevo cuando le cogió Redding en brazos?

-Apareció de la nada en el chiringuito en el que estábamos, que estaba ahí perdido al lado del aeropuerto. Había otros pilotos también porque es el único que hay. Es un showman, es actor también, monta su guión y lo hicimos ahí.

-El que sigue sin felicitarle es Rossi, ¿no?

-Bueno, lo celebré con los míos, que es lo más importante.

-Digo aquí, en la sala de prensa, sentándose juntos como si no hubiese ganado nada…

-No hace falta darle importancia, si no será un titular.

-Cuando ha dudado en decir que cree que va a terminar aquí primero, ¿por qué ha sido?

-Porque no me gusta decir primero. Me estoy poniendo presión pero es lo que me toca decir ahora. Es verdad, no tengo presión pero el objetivo es intentar ganar. Pero utilizando la experiencia de 2014 y 2016 (se cayó en ambas carreras). Si toca hacer podio se tiene que entender. Me cuesta decir ‘primero’, pero es lo que siento, en lo que confío y lo que digo cada fin de semana: trabajaré para intentar ganar la carrera.

-¿Pero pesa el recuerdo de los años en los que falló cuando llegó siendo campeón?

-Pesa tanto que he sido campeón y lo tengo en la cabeza. Pesa porque me ha pasado dos veces. Esperemos que no pase el domingo. Si pasa tampoco cambia nada, pero los de Honda no estarían contentos.

-¿Se pueden usar estas carreras para probar cosas para el año que viene?

-Piezas no, pero conceptos sí. Esto sí que se puede empezar a probar. De hecho algo en el planning hay, no hay piezas nuevas pero concepto de la moto, cosas para entender, para empezar a ver qué pasa en diferentes pistas. Durante un año vas evolucionando. La moto, sí, pero también la puesta a punto, cómo te vas encontrando mejor. Y es ahí donde si hay tiempo se prueba. Si no lo hay no haremos nada.

-¿Qué quiere mejorar? Porque todos los rivales llevan tiempo hablando de 2019 una vez que estaba claro que iba a ganar.

-¿De la moto? Todos los pilotos a todas las fábricas les piden mejorar chasis y motor. Motor, más potencia en la recta, porque el tiempo es gratis. ¿Chasis? En nuestro caso se pueden mejorar cosas, pero es entender por qué tenemos que ir siempre con el neumático duro delante, por qué forzamos tanto el tren delantero… De ahí vienen todas las caídas. Y es ahí donde nos intentaremos centrar más.

-¿Qué significa para usted que nadie sepa cuál es su límite?

-No creo que nadie que tenga un límite, y si alguien se pone un límite es que no afronta bien la vida. El límite no es ni para alcanzarlo ni pensarlo. No pienso ni en el futuro ni en el pasado, si no en vivir del presente. Ahora hemos conseguido este título y el año que viene tendré la presión y las ganas de intentar conseguir otro. Y espero que esta presión y estas ganas sigan en toda mi carrera deportiva porque esta es una buena señal, aunque no guste convivir con presión. Es lo que toca si estás al nivel. Espero que toda mi carrera deportiva sea así. El tiempo dirá.

-¿Esta sensación es fácil de contagiar al equipo o hay que hacer algo para que no se baje la guardia?

-¿Para no bajar la guardia? Es fácil: pensar en 2015. Pensar en que veníamos de ganar trece carreras en un año, de ganar la última, de parecer que salía todo fácil, a empezar a un año sin entender nada. Es pensar en eso, y la guardia vuelve. Esto hace que nos tengamos que concentrar en nosotros mismos, mejorar al máximo, porque nunca sabes la capacidad de mejora que tendrá le rival durante la pretemporada.

-En ese sentido, los tres últimos grandes premios son muy importantes para el año que viene, ¿no?

-Sí, para empezar bien 2019. No ha acabado 2018, sigo concentrado en este año, pero acabas bien el año e intentas comenzar igual. Son tres pistas en las que se puede sacar mucha información, y también mantener el ánimo.

-Y por cómo ha ido el año, ¿tocar lo menos posible para el próximo?

-Este ha sido el primer año en el que hemos tocado poco. Hemos mejorado menos, pero hemos entendido más cosas. Se tiene que mejorar, tocar cosas o no, para ser mejores, pero sin volvernos locos. Es decir, poco a poco.

-¿Le da la sensación que desde fuera lo que consigue parece fácil?

-Fácil no es nunca. ¿Que da la sensación desde fuera o que percibo que a la gente le parece fácil? Sí, porque sin ir más lejos, en el fin de semana de Motegi, me decían: hemos traído aquí al jefe de Honda porque como va a pasar algo importante el domingo así ya está aquí. ¿Y quién te dice a ti que te va a pasar esto? Lo ven fácil. Pero no lo es, y quien ha sido deportista, piloto, lo ve. Nunca se sabe. Llegarán momentos malos, seguro. En todas las carreras deportivas de un piloto, de un profesional, llegan. ¿Cuándo? No se sabe si el año que viene, si de aquí a tres, de aquí a cinco.

-Prefiere que no lleguen y que todos sigan pensando que es fácil…

-Está claro, que siga esta dinámica.

-Jorge Martín se está jugando el título de Moto3: ¿le ve campeón este año? Dele algún consejo.

-¿Consejo? Es difícil dar uno. Creo que va a ser campeón si confía en él mismo. Tiene que confiar en él mismo y que deje de pensar que si KTM, que si hay ayudas. Si eres el más rápido en pista no hay ayudas que valgan para ser campeón.

-¿Sigue viendo las carreras de Moto3?

-Sí, todas, todas. Y hay porra en cada carrera, hay cinco eurillos con los mecánicos en el box.