Lorenzo: sesiones de piscina y gimnasio con Japón en la cabeza
El mallorquín, que ha completado en Bangkok una rehabilitación, deberá superar el examen médico para poder competir en Motegi.
"Espero poder ofreceros una vuelta mucho más satisfactoria en el circuito de Motegi". Este fue el mensaje que Jorge Lorenzo quiso transmitir a sus seguidores tras no poder participar en el Gran Premio de Tailandia 2018 para no agravar aún más sus lesiones.
El mallorquín, que llegaba a Buriram aún convaleciente por la luxación en el pulgar del pie derecho y una pequeña fisura en el índice tras su aparatosa caída en MotorLand Aragón, sufrió otro espectacular accidente a más de 150 kilómetros por hora durante los segundos entrenamientos libres que le provocó una fisura en el radio de la mano izquierda.
Un contratiempo que alteró la hoja de ruta diseñada por el tricampeón de MotoGP para la última parte del calendario. "Me quedaré aquí, porque no hay mucha cosa que hacer más que inmovilizar la muñeca y los viajes de avión tan largos no son muy buenos para las inflamaciones", declaró Lorenzo tras anunciar que no correría la decimoquinta prueba del año.
El piloto de Ducati se desplazó hasta Bangkok el domingo 7 de octubre para comenzar tres días después, una rehabilitación donde las sesiones de piscina y gimnasio han tenido un gran protagonismo en la capital del país asiático.
Ahora, cuando faltan tres días para que comience el Gran Premio de Japón 2018, Jorge Lorenzo ha puesto rumbo a Motegi para volver a subirse a la Desmosedici GP18, una acción para la que deberá obtener la verificación de los médicos.