La vida sigue igual para McLaren

Semanas. Meses. Eso dijo. Semanas o meses. ¿Meses? Sí, sí, meses. En la entrevista con Eric Bouillier que publicamos la pasada semana en As ese dato, esas palabras, quizá quedaron difuminadas por los fuegos artificiales, pero es lo más importante de lo que dijo, la advertencia de que McLaren llega tarde, que estaban muy enfocados en Honda y que trasladar todo, aun con un coche nuevo, al motor Renault es más complejo de lo que pudiera parecer. Es decir que para enlazar perfectamente chasis y aerodinámica de Woking con la unidad de potencia francesa aún queda mucho. Semanas. O meses. Estamos viendo que era verdad.

Si en las primeras jornadas de test McLaren ya tuvo los primeros problemas, aunque terminaron el último día con récord de 161 vueltas, en el primer día de la segunda semana ha regresado una frase que hicieron famosa en sus años de Honda. O parecida. De aquel “perdida de potencia”, hemos pasado a “apagón de potencia, hemos perdido los datos del coche, estamos investigando”. La parte final sigue siendo la misma. Y es que Stoffel Vandoorne solo pudo completar cuatro vueltas durante la mañana, antes de que el coche se parase por segunda vez. La primera tras dos vueltas pudo llegar al box tras parar el coche en el pit lane, la segunda se quedó parado en mitad de la recta de meta. Se quejaba Fernando Alonso la semana pasada del interés mediático que provoca su coche, de cómo los periodistas nos centramos en que había perdido una rueda mientras otros coches permanecían en su box tapados e intentando arreglar los problemas sin que nadie lo supiera. Quizá tuviera razón, pero eso es lo que tiene estar en uno de los mejores equipos de la historia, como él mismo dijo, y estar considerado uno de los pilotos más brillantes de siempre. Pero es que además las cosas pasan a lo grande en McLaren. El primer día perdía una rueda Alonso en la curva anterior a meta, esta vez Vandoorne se queda sin potencia… en la misma recta de meta. Y claro, todos los periodistas que permanecen en la sala de prensa justo frente a donde se queda el coche varado miran, murmullan, comentan, hacen fotos con sus teléfonos… un clásico. Algo lógico. Más aún cuando se esperaba que con el motor Renault los problemas quedasen en un recuerdo.

Pero la tarde no fue mucho mejor. Salió antes del parón para comer y después logró rodar con cierta normalidad hasta que… volvió a pararse, con la explicación oficial de un fallo hidráulico. Penúltimo tiempo con un total de 38 vueltas. Un mal día. Muy mal día.

Pero la vida no solo sigue igual en McLaren, también, afortunadamente para ellos en Mercedes, Ferrari y Red Bull, tres equipos que demuestran estar muy por encima del resto. El más rápido de la jornada fue Vettel y con 169 vueltas, seguido de Bottas a dos décimas y 86 y de Verstappen a poco más de esas dos décimas y 126 tandas completas al trazado catalán. Cuarto Hamilton, que salió por la tarde para dar 86 vueltas.

También por la tarde apareció en pista Carlos Sainz, simulacro de carrera para el madrileño y 91 vueltas. El de Renault, octavo a un segundo con blandos, no tuvo los problemas de caja de cambios que habían dejado en el garaje a Hulkenberg buena parte de la mañana. Mientras todo eso sucedía, Vandoorne hablaba con su padre y su mánager en el hospitality de McLaren. Ni siquiera las bromas de Alonso le sacaban una sonrisa. Lógico.

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