Fernando Alonso 'destrozó' los ordenadores de McLaren
El asturiano sorprendió a su equipo en la calificación, que le esperaba duodécimo, y también en la carrera, pensaban en el 14º y fue 12º.
Los aplausos, los botes de alegría, las sonrisas en los rostros japoneses e ingleses eran como si su equipo hubiera ganado la Champions y estuvieran en la Cibeles. Así se sentían Zak Brawn, Hasegawa, Eric Boullier y compañía con el séptimo puesto de Fernando Alonso en la parrilla de salida. La razón fundamental es que los ordenadores, las simulaciones, todos los estudios de telemetría daban al asturiano en el duodécimo puesto en la parrilla. Y de ahí al séptimo todo es piloto. Eso es lo que se valora del astur, más allá del resto de consideraciones opinables, como piloto su calidad es indiscutible.
El día de la carrera tampoco se cumplieron las previsiones que en McLaren tenían después de estudiar los datos del viernes porque pensaban que sería decimocuarto si terminaba la carrera y fue 12º la posición en la que terminó el primer piloto de McLaren. La clave estuvo en la salida, arriesgó con la intención de ponerse cuarto para dar una alegría a la afición, pero Felipe Massa no le vio y ahí se quedó en nada su carrera. Una pena porque no tenía mal ritmo, tal y como nos confirmaron desde su entorno, apenas estaba a dos décimas de Checo Pérez y habría podido luchar por estar entre los cinco primeros si todo hubiera ido bien. Pero en carrera casi se cumplieron los pronósticos después de que el sábado Alonso destrozara todos los datos de las computadoras de Woking.