Casi cien mil en Barcelona y Thomas fue el protagonista
El pequeño se mostraba desconsolado en la grada y más tarde le llevaron al box de Ferrari para que conociera a Kimi Raikkonen. En total 177.984 en el gran premio.
Se hacía un selfie en medio de la parrilla, rodeada de coches, la bella Mireia Belmonte, caminaba por el paddock haciendo temblar el asfalto Lydia Valentin… campeonas olímpicas en el circuito de Barcelona. Por allí andaba también, con su sonrisa de cocinero orondo, Alberto Chicote, invitado por Force India. Y había novias de pilotos, hermanas, hermanos, jefes de prensa de marcas de coches, tipos que adoran este deporte y que ya solo se acercan por su Montmeló como una liturgia. Pero no hubo muchos famosos este año en el circuito, más allá de nuestras campeonas de natación y halterofilia, a no se que consideremos a Antonia Dell´Atte un personaje celebre. Pero más allá de eso lo que sí hubo es mucha afición, con un total de 177.984 aficionados en el total del gran premio, 12.995 más que la pasada temporada, y 94.623 en el día de carrera. Buenos datos en el GP de España.
Pero más allá de bellas chicas de parrilla y algunos azafatos distribuidos por el circuito por la organización el gran protagonista del gran premio fue Thomas. El pequeño niño francés de seis años que lloraba apenado después de ver el abandono de Kimi Raikkonen y que más tarde pudo conocer a su ídolo. A diferencia de lo que todo el mundo piensa el desenlace final no es obra de Liberty sino de la televisión alemana RTL. En antena dijeron que ofrecerían una gorra del finlandés firmada si alguien encontraba al niño, llamaron familiares de su madre y al final, madre e hijo, terminaron en el hospitality de Ferrari saludando a Iceman, el niño que iba totalmente vestido de Ferrari, con una sonrisa, la madre llorando.
Sin embargo, a pesar de que hubo más público en las gradas, Lewis Hamilton dijo en la rueda de prensa oficial que había visto a menos gente, quizá porque a Alonso ahora le va mal. Eso dijo el inglés, después de su victoria. Y es que la F1 sigue teniendo demasiadas luces y sombras…