Cojín inteligente, el aliado de Isidre Esteve en el Dakar
Tras disputar el Dakar 2009 ya con la lesión medular, el ilerdense tuvo que pasar año y medio tumbado boca abajo por las úlceras.
Para un luchador como él no hay barreras. Cuando era uno de los principales aspirantes al triunfo en la categoría de moto en el Dakar, un accidente en la Baja Almanzora de 2007 le dejó sin movilidad de cintura para abajo. Nada que le hiciera rendirse. En 2009, Isidre Esteve regresó a la prueba más dura del mundo de los raids en un coche adaptado, pero las úlceras producidas le postraron año y medio tumbado boca abajo. Nada que le hiciera rendirse. Ahora ha vuelto gracias a su cojín inteligente.
La Fundación Isidre Esteve creó un cojín para evitar úlceras en pacientes con lesiones medulares, mejorando los prototipos diseñados hasta el momento, los cuales tenían un uso que quedaba limitado a un máximo de ocho horas. Gracias a su mecanismo de inflado y desinflado automático que hace variar las presiones según la zona, el cojín asegura la relajación y el buen estado de la piel, por lo que Esteve puede permanecer sentado en el backet al volante durante 16 horas sin necesidad de descansar. Un tremendo avance cuando hablamos de afrontar una competición con la dureza del Dakar, un desgaste continuo durante dos semanas.
El cojín inteligente está dotado de ocho zonas programables por una centralita que alimenta eléctricamente al sistema motriz. Regula el caudal de aire de la bomba para mantener el rango de presiones, y el aire que circula a través del cojín siempre es nuevo y fresco, lo que permite que no se incremente la temperatura de éste durante su uso. Los parámetros están determinados en función de las características del usuario: peso, localización de las zonas de riesgo o nivel de riesgo.
Miquel Cos, el fisioterapeuta del Centro de Alto Rendimiento (CAR) de Sant Cugat que acompaña a Isidre en el Dakar, le toma la temperatura de las zonas de riesgo al llegar a meta. Y en las tres etapas disputadas no ha habido el menor problema, a pesar de las elevadas temperaturas experimentadas en Paraguay y Argentina.
El propio Esteve está muy ilusionado, considera inestimable la ayuda del cojín para afrontar un reto así y asegura: “Estoy recuperando las sensaciones que tenía cuando corría en moto, es algo increíble. Si todo sigue así, no descarto estar peleando arriba en un futuro”.