Aristócrata de noble cuna y piloto del Eurofórmula Open

Ferdinand Zvonimir Maria Balthus Keith Michael Otto Antal Bahnam Leonhard de Habsburg-Lorena y Thyssen-Bornemisza nació en Salzburgo el 21 de junio de 1997. A sus 19 años, el austriaco lucha y trabaja por alcanzar un sueño común a cientos de pilotos coetáneos a él: llegar a la F-1. Pese a no ser criado para dirigir un Imperio, Ferdinand pertenece a un árbol genealógico muy especial.

Es biznieto del último emperador de Austria, Carlos I; nieto del barón Heinrich Thyssen-Bornemisza; y el único hijo varón del archiduque Carlos de Habsburgo y Francesca Thyssen, por lo que heredará la jefatura de la Casa Imperial y de la Soberana Orden del Toisón de Oro en su rama austríaca, fuera de su país (donde no está permitido su uso) ostenta el título de Príncipe Imperial de Austria, y Príncipe Real de Hungría, Croacia y Bohemia y Archiduque de Austria.

Aristócrata de postín, Ferdinand es un joven que disfruta de su gran pasión, el automovilismo. Excepcional deportista y con dominio de especialidades como la esgrima, la hípica o el kung-fu todo cambió cuando con 8 años probó el kárting. Actualmente disputa el Eurofórmula Open con Drivex (la estructura que montaron y dirigen Miguel Ángel de Castro y Pedro de la Rosa) y es segundo en el certamen europeo que sustituyó al Nacional de Fórmula 3. El pasado fin de semana firmó un segundo puesto y un abandonó en el Red Bull Ring que le sitúan a 47 puntos del líder, el italiano Pulcini, a falta de tres citas, seis carreras, por disputarse.

Habsburg lleva su cuna con discreción y pese a su refinada educación y su preparación (habla cinco idiomas y es bachiller por la prestigiosa Escuela Internacional del Danubio en Viena) es uno más dentro del equipo y el campeonato. Idolatra a Valtteri Bottas y admira y respeta a Alonso aunque sigue con más dedicación a los jóvenes talentos. Sólo hay algo que recuerda a su linaje: su denominación en las redes sociales es 'DoubleEagle62'. El número es su dorsal, y el nombre es un homenaje al águila bicéfala, símbolo del extinto Imperio Austro-Húngaro. Respeto y orgullo familiar.