Pedrosa escapó de la peor crisis de su historia con su victoria
Antes de Misano acumulaba cinco carreras consecutivas sin podio, la secuencia más larga desde que se estrenara en él en el Mundial 2001.
No estaba Dani Pedrosa acostumbrado a estar tan ausente de la ceremonia de entrega de trofeos como venía estándolo hasta su brillante victoria en el Marco Simoncelli de Misano. En lo que iba de temporada, había subido sólo dos veces al podio y ambas como tercero, en Termas y en Montmeló, es decir, que se había pasado fuera de él las cinco citas anteriores: Assen, Sachsenring, Red Bull Ring, Brno y Silverstone. Y eso suponía estar inmerso en la peor crisis de resultados que se le conocía al tricampeón, pero eso ya es historia gracias a su triunfo de ayer.
Fue Valencia 2001 el primero de los 144 podios que tiene ya el del Repsol Honda en su haber (103 en MotoGP, 24 en 250cc y 17 en 125cc). Entonces fue como tercero en la categoría del octavo de litro y a partir de ese día se convirtió en un asiduo del podio, con el único paréntesis previo a esta temporada del desenlace del curso 2006. Aquel era su primer año en MotoGP y se quedó sin subir al cajón en las cuatro últimas pruebas (Australia, Japón, Portugal y Valencia), siendo las dos últimas muy sonadas. En la de Portugal tiró a su compañero Hayden cuando se jugaba el título. Y en la que cerraba el campeonato hizo labor de equipo y sacrificó un podio que tenía más que a tiro para cubrir las espaldas al estadounidense.
Ahora Pedrosa ha escapado de la peor crisis de resultados de su historia y lo ha hecho de la mejor manera posible, con una victoria épica, con remontada desde la octava plaza y sin beneficiarse de ninguna caída de los pilotos que iban delante suyo.