500 MILLAS DE INDIANÁPOLIS | LA INTRAHISTORIA
Un 'ritmo de caracol' permitió a Rossi vencer en la Indy 500
No repostó y ahorró combustible en una última vuelta en la que que tardó nueve segundos más que su rival. Cruzó la meta y el coche se paró.
Alexander Rossi ya está con letras de oro en los libros de automovilismo. El rookie norteamericano de 24 años, expiloto de F-1 con Manor, debutó en la mítica Indy 500 con victoria. Y no en una edición cualquiera, sino en la 100. La paradoja de su éxito es que basó su triunfo en el ahorro de combustible, en calcular el ritmo al que podía correr para llegar con ventaja a meta. En un deporte en el que la velocidad es el común denominador, Rossi triunfó yendo más lento.
¿Cómo lo logró? El piloto de California tenía claro que en condiciones normales sus opciones eran nulas. 66 a 1 se pagaba su victoria. Una oportunidad de ganar un dineral para arriesgados clarividentes. Su coche de Herta Andretti propulsado con motor Honda no tenía la velocidad necesaria y, de hecho, en muchos momentos de las 500 Millas iba último. Sin embargo, el cielo se abrió cuando llegaron las vueltas finales y la no aparición del Safety Car provocó que los pilotos punteros tuvieran que entrar a repostar. Vuelta 185, 188, 192, 197... incluso en la penúltima entró alguno.
Rossi habló por radio con el estratega del equipo propiedad de Bryan Herta y decidieron que podían llegar. Para ello calcularon la velocidad necesaria y el gasto de combustible estimado. Cuentas rápidas que dieron como resultado que la última vuelta de Rossi la completó en 50.0600 a una media de 179,784 millas/hora (289,334 km/h). Ritmo de caracol si lo comparamos con la mejor del domingo, precisamente, del propio ganador en el mítico óvalo de Indiana. En la vuelta 106, el norteamericano logró un registro de 39.9488 a un promedio de 225,288 millas/hora (362,566 km/h).
Rossi cruzó la meta en la vuelta 199 con una ventaja sobre Carlos Muñoz de 13.4219 y en la 200, la definitiva, con 4.4975. Es decir, tardó casi nueve segundos más que el colombiano en los últimos cuatro kilómetros. Tras cruzar la meta, el monoplaza de Rossi se paró seco de carburante. Ni gota. Usó todo para completar las 500 millas y tuvo que ser remolcado. Cálculo milimétrico para una victoria histórica que le ha reportado más de dos millones de euros.