Renault y Lotus protagonizan un reencuentro inminente en la F-1

El hombre que debe dar el visto bueno a la operación se llama Carlos y se apellida Ghosn. Y es el CEO de Renault, marca empeñada en disfrutar de un protagonismo destacado en la Fórmula 1. No sólo como suministradora de motores, algo que ya ha hecho en 2015, sino con un equipo propio, que no es otro que Lotus.

En Francia tienen listo ya el confeti para celebrarlo. El fin de semana, en la traca final de la F-1 en Abu Dhabi, Cyril Abiteboul, jefe de Renault Sport F1, ya avisó de un anuncio “muy probable” para esta semana. Y todo apunta a ese reencuentro Renault-Lotus con sabor a historia. La crisis financiera de la escudería de Enstone animó a Renault a dar el paso. Faltaba el visto bueno de la FOM (que gestiona la F-1), pero ahora es Ghosn quien debe dar la luz verde definitiva al proyecto.

Han sido semanas de tira y afloja, de negociaciones en las que, tal y como apuntaba ‘Auto Motor und Sport’, Renault consiguió que Ecclestone les concediera una ayuda económica extra por tratarse de un equipo con un peso especial en la historia de la F-1. Se ha revelado que Renault logró “hasta el último centavo” gracias a la habilidad negociadora de Jérôme Stoll, máximo responsable de marketing del Grupo Renault.

El proyecto es un hecho, sólo falta la firma final, y cuenta ya con algunas caras. La gestión deportiva corresponderá a Frédéric Vasseur, actualmente en el equipo ART de la GP2, junto a Alain Prost, cuyo segundo apellido bien pudiera ser Renault, marca de la que es embajador y a la que estuvo íntimamente ligado en su etapa de piloto. El trabajo en la unidad de potencia quedará en manos, tal y como apuntan medios franceses, de Bob Bell y Rémi Taffin. Un lavado de cara con el que Renault quiere pisar fuerte en la F-1. La que siempre ha sido su casa.