Al-Attiyah huele la sangre, gana y se erige en el rival a batir

Dicen que Nasser Al-Attiyah tiene una especial habilidad para oler la sangre. Pues bien, el qatarí luce una sonrisa aún mayor que la que acostumbra, pues se ha hecho con la victoria en la segunda etapa (la del primer día no fue tal al ser penalizado por exceso de velocidad) y asciende al liderato, con lo que se erige desde ya en el principal favorito para el título final. Porque Nani Roma quedó fuera de la lucha el domingo y los Peugeot han mostrado síntomas de inestabilidad, con Carlos Sainz como el mejor de la marca a más de 20 minutos de Al-Attiyah al paso por el último waypoint.

Sería interesante saber qué ha sentido Orly Terranova hoy, hace nada, unos minutos, qué se le ha pasado por la cabeza en el transcurso de la segunda etapa del Dakar. Porque amanecía como líder de la carrera y parecía reforzar esa condición al marcar los mejores tiempos en la segunda. Pero, cuando parecía que la jornada iba a resultar redonda para él, acariciando su Mendoza natal, con la afición argentina gritando que ¡este año sí, este año sí!, surgió Nasser Al-Attiyah en la tabla de tiempos. Al parecer, un problema con su Iritrack hizo que no figurara en muchos de los pasos intermedios. El argentino cedió finalmente 24 minutos.

Al-Attiyah ha firmado con su Mini el mejor tiempo en la meta, 5h 04:50, con 8:30 se ventaja sobre el Toyota de Giniel de Villiers y 10:04 sobre el de Bernhard Ten Brinke.