Fórmula 1
Antonio García: “Jan enseñó a su hijo a aprender de los errores”
Antonio García comparte Corvette desde 2009 con el padre de Kevin Magnussen y explica en AS cómo ve a la nueva joya de F-1 y qué le cuenta el progenitor del danés.
Es uno de los grandes pilotos españoles, pero sin el reconocimiento que merecería. Antonio García aparcó el sueño de la F-1 tras brillar en el kárting y mostró su talento en Resistencia con tres victorias en las 24 Horas de Le Mans, otra en las 24 Horas de Daytona, el título de las ALMS... En 2014 desea “ganar de nuevo Le Mans, que ya toca”. Y ahí necesita a su compañero desde 2009 en Corvette, Jan Magnussen, padre de Kevin, que en Australia fue segundo en su debut en la Fórmula 1.
García atendió a AS para acercarnos a un prodigio que no alcanzó el objetivo al que ahora aspira su hijo: “Conocí a Jan en el Mundial de kárting júnior de Zaragoza en 1989. Ganó a muchos que llegaron a F-1. Me impresionó”. Los expertos veían en el danés a un fenómeno equiparable a mitos como Senna. García no compara, pero afirma: “Hizo un año memorable y arrasó en la F-3 inglesa rompiendo el récord de victorias cuando esa categoría era el referente mundial, el certamen número uno”.
¿Qué faltó entonces? “Destacó en los karts como Alonso o yo mismo, pero al final todo debe hilar. Se esperaban cosas increíbles de él y todo llegó demasiado rápido. Se subió al McLaren sustituyendo a Hakkinen y estuvo a la altura, pero fichó por Stewart, que no era el mejor equipo, y él sabe y reconoce que no dio el 100% ni tuvo el máximo compromiso con la F-1. Eso le impidió quedarse y llegar a equipos grandes para mostrar el enorme potencial que poseía”.
De padre a hijo. Toca hablar de cómo Jan ve a Kevin. “Siempre con cautela, me decía que lo hacía muy bien. En su primer año en World Series ya tenía velocidad de sobra para ganar, pero o estaba muy delante o se salía. Jan trabajó para enseñarle y hacerle entender que debía aprender de los errores. Kevin aceptó que debía conformarse con el puesto que le permitiera su coche y no tirar carreras buscando victorias imposibles. Jan me dijo que maduró muchísimo”, afirma el madrileño, que apunta otro dato: “Entrar en McLaren fue clave. Empezó a ir a la fábrica, a verse reflejado en Hamilton o Button, aprendía qué podía y debía hacer”. Y revela un secreto: “En el último año de Hamilton ya rodaba en el simulador como él... o mejor. Jan me lo contaba, pero no para fardar sino para que viera que realmente era bueno”.
Sobre la increíble irrupción de Kevin en la F-1, García apunta: “Hay que ir más allá del resultado y analizar qué tenía y qué hizo con ello. Y creo que sacó el 100%. Los cambios de 2014 hacen que todos partan un poco de cero y se reduce la falta de experiencia. El reto de los novatos es enfrentarse a pilotos experimentados, como Fernando, que no tienen compasión. Debe mantener esa velocidad y ser listo para sacar información a estos pilotos. Ser una esponja es la clave de su evolución”.
Una meta para la que necesita ayuda: “El papel de Jan y de la gente de McLaren, incluido Ron Dennis, es fundamental. Deben hacerle madurar rápido en la F-1, que coja experiencia y no permitirle el error de creerse tan rápido y fuerte que no sepa manejar la presión. Al final es nórdico y ellos tienen un carácter robusto y hermético que les ayuda a aislarse. No piensan en lo que les rodea”.