Ferrari también ‘gana’ medallas olímpicas en los Juegos de Sochi

Ferrari es parte del honor patrio, el Cavallino Rampante parece trotar incluso por la nieve aunque no lo veamos. Y aunque suene raro su nombre va ligado al medallero italiano en los Juegos Olímpicos de Invierno de Sochi. La clave del acertijo la da Christof Innerhofer, en cuyas medallas de bronce (Supercombinada) y plata (Descenso) tiene su cuota de mérito el Túnel del Viento de Maranello. En realidad es una labor conjunta con el CONI (Comité Olímpico Italiano), un proyecto en el que se estudió la posición perfecta de los esquíes y del cuerpo del deportista para lograr el mejor rendimiento y aerodinámica.

La marca que equipa a los olímpicos italianos también intervino en ese proceso, con el reto de conseguir el material más resistente posible. Innerhofer hace historia —desde los Juegos de Albertville, en 1992, ningún esquiador italiano sumaba dos medallas en categoría masculina— y todo ello gracias a la tecnología ferrarista, de la que se han beneficiado otros compañeros de delegación. Por ejemplo, Arianna Fontana, medalla de plata en 500 metros en la especialidad de short track. Se persiguió el anclaje perfecto de la bota y se trabajó en la fabricación del filo de la cuchilla. Un baile a dos en el que Ferrari y el CONI han trabajado con Sochi como punto de destino. Allí han llegado las medallas. Aunque sea sin turbo.