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DAKAR 2014

Roma visitó AS: "Muchos creían que no podría ganar en coches"

Con el éxito logrado el pasado sábado, el piloto español se une al club selecto de quienes han conquistado la victoria sobre dos y cuatro ruedas. “La satisfacción es enorme".

Madrid
Nani Roma exhibe su trofeo en AS.
Nani Roma exhibe su trofeo en AS.Jesús Rubio
AStv

No llevaba casco, no tenía el Mini All4 Racing amarillo junto a él, pero la sonrisa sigue ahí. Interminable. Costará arrancársela a Nani Roma (Folgueroles, Barcelona, 17- 2-1972), que el sábado se proclamaba ganador del Dakar y entraba en el selecto Club VIP de aquellos que lo han hecho sobre dos y cuatro ruedas: Auriol y Peterhansel. “El de 2004 y el de ahora son títulos diferentes. El mundo del coche es distinto; yo venía de la moto, del enduro, y ganar en motos es como más normal. Al cambiar a los coches, mucha gente pensaba que no iba a ser capaz,que no podría ganar y lo hemos hecho. Así que es enorme la satisfacción y ahora queda volverlo a hacer”, afirmaba en su visita a AS. Cambia la arena por la moqueta de las redacciones, habla del Dakar que fue y del que vendrá. Donde volverá a contar con ese coche que de mini sólo tiene el nombre.

“Tengo la opción de continuar en Mini el próximo año y creo que estoy en el equipo en el que tengo que estar. Además, Stéphane Peterhansel se marcha y estaría bien quedarse aquí. Nos vamos a quedar bastante tiempo en Mini”, adelantaba Nani. Ésa es la apuesta segura, si es que en el deporte, y en el Dakar multiplíquenlo por mil, hay algo seguro.

Con la polémica sobre las órdenes de equipo el nombrede Peterhansel ha ido hilado al del campeón español. Zanjemos el asunto, Nani: “Le dije, ‘Stéphane, ¿por qué haces eso, por qué dices esas cosas?’ Le dije, ‘¿por qué no cuentas que en 2007, cuando a cinco días del final estabas a cinco minutos de Alphand, Dominique Serieys (director de Mitsubishi) dijo que tú ganaras y Luc fuera segundo?’ Él quería meterme una presión increíble, pero yo no quise entrar en ese juego. Me enfadé mucho con Etienne Lavigne y a los periodistas franceses les dije: ‘tengo la sensación de que yo pasaba por aquí, me he subido al coche y he ganado el Dakar’. Estoy hasta las narices de que todo lo que estos tíos hacen se elogie, se diga qué brillantes que son, qué buenos que son y cuando yo hago algo siempre es una porquería. ‘Me tomáis por un idiota’, les dije. Así, en francés, para que no hubiera dudas”.

Y, a rebufo de esa explicación, aclara lo de las órdenes de equipo: “Siempre ha habido, pero órdenes de equipo es que le dices a Stéphane: ‘sales y esperas a Nani que pase’. Y eso no ocurrió”.

Aparcada la polémica, ese culebrón al que Nani supo mantenerse ajeno, el gigante de Folgueroles (1,90) habla de “la enorme dureza” de la edición del Dakar 2014, “por el recorrido, la duración de las etapas y el añadido de la ola de calor en las etapas de Argentina”.

“Estábamos a cincuenta grados, se les escapó un poco de las manos. En el coche llevamos un tubo de aire fresco, que nos refrigera sólo la cara, pero en los pies teníamos que echarnos agua, estábamos cocidos. Dentro del coche alcanzamos entre 65 y 70 grados. Y entonces el aire se para porque se necesita para otras cosas. Preguntaba a mi copiloto (Michel Périn), ‘¿cuánto queda?’. Y él decía, ‘19 kilómetros’. Ufff. Y mirabas la temperatura de los amortiguadores y veías: 200 grados. Me dije, aquí va explotar todo”, comenta Nani, quien reconoce que los pilotos de motos también “sufrieron lo suyo con el calor y la altitud”. Habla de motos y mira de reojo esa carrera que también fue suya (campeón en 2004). Se le pregunta por Joan Barreda, que peleó el título al brillante ganador, Marc Coma: “Joan tiene un talento increíble, creo que lo va a ganar dentro de poco. Es muy bueno, listo, sabe navegar, este año ha hecho etapas delante abriendo pista, tuvo el problema de la gasolina y entró en una dinámica negativa”.

El menú del día era claro: mucho calor y un way point escondido como un tesoro. Aquel día de la criba... “Este año la navegación ha sido más difícil. A veces encontrar un ‘way point’ es cuestión de suerte. Dimos con él y Michel me dice, ‘gira y vamos al revés’. Yo veía el polvo de los demás al otro lado. Pero pese a insistirle si íbamos bien, me decía ‘tú sigue’. A los cinco kilómetros. Y a los 15. Y en eso empezamos a ver motos de cara diciéndonos ‘no, no, por ahí no’. Le insistí y me dijo: ‘o callas o tiro el roadbook por la ventana’. Al final acabamos la especial, yo mareado, Michel destrozado. La verdad es que aquel ‘way point’ dio juego”, cuenta Roma, quien cuando tras la etapa se le acercaron los periodistas franceses, dijo girándose hacia su copiloto: “Hoy es día suyo’.

Un detalle, uno más de este campeón que, nada más sellar el título, se acordó de su copiloto fallecido en 2006, Henri Magne, y telefoneó a su viuda. Ya el martes, volvieron a hablar. Y ella le dijo: “No sabes lo que me ha liberado que me llamases. Estoy más contenta, más tranquila, como que hemos cumplido algo”. Lo han hecho. Desde 2006 lo merecían.