DAKAR 2014 | COCHES
Peterhansel presiona a Nani Roma y Carlos Sainz dice adiós
El madrileño sufrió un accidente del que salió ileso y el francés recortó diez minutos a Roma, líder por sólo 2:15. Al-Attiyah se hizo con su segunda victoria de etapa y es tercero.
Un grande se fue y otro llega. El Dakar tiene esa capacidad, la de ir triturando leyendas, la de complicar la vida a los grandes y a los muy grandes. Carlos Sainz abandonó la carrera al sufrir un accidente sin consecuencias y dio carpetazo a un nuevo capítulo buggy en su vida. Seguramente el último. Ése fue el grande que dijo adiós, el que pisa cada vez con más fuerza es Stéphane Peterhansel, empeñado en apretar las clavijas a Nani Roma incluso en el desayuno. “El que tiene la presión ahora es Nani”, suelta el francés recién levantado y luego pasa lo que pasa.
Sólo la enorme sombra de Monsieur Dakar, once veces campeón de esta Odisea, puede explicar el modo en que Roma ha visto reducida su ventaja al frente de la clasifi cación. Tras la quinta etapa le sacaba 40 minutos al galo; tras la sexta, 33:23; tras la séptima, 31: 53; tras la octava, 23:46; tras la novena, 12:10 y ahora, cuando la caravana del Dakar trata de conciliar el sueño en Antofagasta, sólo 2:15.
El gigante de Folgueroles intenta no venirse abajo, dice tener claras las razones de ese goteo de minutos. Un día es un pinchazo, ayer lo fue una clavada en la arena, lo que alteró la etapa a las primeras de cambio. En el WP2 ya cedía siete minutos y medio con Peterhansel. Supo cortar la sangría y acabó tercero, a 13:45 del vencedor, Al-Attiyah. El qatarí es feliz en el desierto, por su sonrisa casi diríamos que en cualquier lugar, y, descartados De Villiers y cía, pretende estar el primero en la lista de espera por si la batalla Roma-Peterhansel acaba en terremoto. Quien no podrá hacerlo ya es Sainz, que estiró hasta donde pudo el proyecto buggy con el equipo SMG. Era muy difícil ganar la partida con esas cartas. Con los leoncitos de Peugeot en la mano, eso ya sería otra cosa. Y otro Dakar.