NewslettersRegístrateAPP
españaESPAÑAchileCHILEcolombiaCOLOMBIAusaUSAméxicoMÉXICOusa latinoUSA LATINOaméricaAMÉRICA

LOS DORSALES DEL DAKAR

Txomin Arana, un reto que tiene acento vasco

El joven de Ereño ocupa el 34º lugar en la general de motos y quiere fi rmar el mejor resultado de un piloto vasco en la histórica carrera.

El piloto español Txomin Arana.
FELIPE TRUEBAEFE

Pasó la octava etapa y Txomin Arana sigue ahí. No está dispuesto a abandonar su sueño en el desierto, a sus 27 años ha debutado en el raid más duro del mundo y pretende estar el domingo en Valparaíso, con su Yamaha WR 450 vivita y coleando y él llamando a sus familiares para decir aquello de ‘objetivo cumplido’. Mientras Txomin sigue adelante en el Dakar (ayer acabó la etapa en 33º lugar y ocupa el 34º en la general), su club, el Gernika Off-Road, saca pecho. Lo hacen los cerca de treinta pilotos que lo integran y todos aquellos que de un modo u otro alimentan el proyecto. Allí hablan de su piloto, punta de lanza del equipo de Competición GOR sport. El chaval que quiere firmar el mejor resultado de un piloto vasco en motos en el Dakar.

Las lesiones han golpeado duro a Arana, que ha disputado tres Mundiales MX3 y afronta en 2014 el Europeo y el Nacional de motocross, pero él se ha sobrepuesto y por fin ha podido afrontar el reto del Dakar. “La verdad es que llegamos justitos, porque no era fácil lograr el presupuesto para poder competir en Sudamérica. Pero las cosas están saliendo bien. Quizá pensábamos que íbamos a tener más problemas. Txomin estuvo en el Rally de Merzouga, una semana entrenando en Marruecos, y tuvimos problemas con la moto. Pero en el Dakar está respondiendo”, comenta Juanjo Bilbao, responsable del equipo GOR sport.

Txomin, un apasionado también de los coches de rallys (participa siempre que puede), firmó su mejor puesto en la tercera etapa, en la que consiguió acabar en el 22º puesto. El piloto de Ereño (Vizcaya, 19-12- 1985) ha ido creciendo a medida que avanzaba el Dakar. “Aquí, todos los días pasa algo”, afirma Txomin a modo de resumen de la carrera. “Inscribir un piloto en el Dakar es un proyecto del club. Nuestra estructura ya ha trabajado en pruebas de ‘offroad’, organizando varias fechas del Mundial de enduro. Yo, como tantos otros, he soñado siempre con esta carrera. Pienso que la he preparado bien: con dos viajes a Marruecos para estar en las dunas y enfrentarme a la navegación. También escuché mucho a Gerard Farrés, que dice que no hay que portarse como un piloto de enduro y que uno de los secretos es tener cuatro ojos; es decir, estar muy, muy concentrado”, decía antes de que la carrera arrancara en Rosario.

Hay que estar muy concentrado para superar el enorme reto diario, plagado de sustos. El viernes, por ejemplo, en la etapa anterior al día de descanso, Txomin se perdió en la nube de polvo de los pilotos que le precedían y tuvo que parar. Acto seguido veía cómo su Yamaha se precipitaba cinco metros por un terraplén. Sufrió desperfectos, la maneta de embrague se rompió. Y el domingo tuvo que cambiar motor ante lo que se avecinaba. Un terreno peliagudo que a Txomin no le hace perder la sonrisa, que en él es copyright.