Mercedes es la nueva amenaza

Han tardado quizá más de lo que se esperaba, pero pocos de los que algo saben de este deporte podían dudar de Mercedes y Ross Brawn. Tarde o temprano iban a tener un coche ganador. Y aquí lo tienen. Es un equipo con muchos recursos, económicos y de todo tipo, y cuatro años después de su regreso disponen de un monoplaza para ganar carreras y luchar por el título. Porque los pilotos de Mercedes aún tienen tiempo y grandes premios por delante para aspirar a todo. Lewis Hamilton está cuarto a 42 puntos y Nico Rosberg, sexto a 51. Pero en lo que va de año Mercedes ha logrado más poles que nadie, cinco, y dos victorias. Precisamente esos dos triunfos, ambos de Rosberg, en Mónaco y ayer en Inglaterra, han llegado tras el famoso test con Pirelli en Montmeló por el que han sido sancionados por la FIA. Porque sí, sancionados fueron, aunque menos de lo que el reglamento hubiera exigido por un ensayo ilegal. Cosas de la F-1 y de la antigua relación entre Brawn y Todt, aquellos magos de Ferrari en la época dorada, ya saben...

Lo cierto es que tras la carrera de España, en la que Rosberg salía primero y se hundió hasta la sexta plaza y Hamilton segundo y bajó a la duodécima con unas gomas que se degradaban hasta límites insospechados, con un coche que bajaba de rendimiento de una manera feroz en las carreras, pero volaba a una vuelta, ahora ya han logrado el equilibrio. Y son un rival temible. En estos momentos el mejor coche a una vuelta y el segundo en carrera cada vez más cerca de Red Bull. Mientras Ferrari sigue bajando.

Ayer el ganador Rosberg era feliz: "Somos las 'Flechas de Plata' y siento el impulso de la marca. Ha sido especial ganar, sobre todo delante de los compañeros de equipo y sus familias, nuestra fábrica está a sólo diez minutos de la pista. La carrera fue muy emocionante. Ahora tengo otra carrera de casa, en Nurburgring".

Hamilton no estaba tan contento, pero recordaba un dato: "Ahora estamos segundos en el Mundial de Constructores, una buena recompensa para todos los que trabajan en la fábrica". Y mientras Schumacher viendo las carreras desde casa, quizá destrozando los muebles...