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FÓRMULA 1 | GP DE MÓNACO

Fernando Alonso y la invitación a tomar unos culines de sidra

Un grupo de asturianos y vascos lleva años viniendo y durmiendo en La Rascasse de Mónaco, el gran premio del lujo y con todas las entradas vendidas desde hace meses.

Junto a los ricos y famosos en sus yates también hay aficionados que disfrutan del gran premio de una manera más modesta. Estos españoles despliegan su campamento cada año en La Rascasse para animar a Alonso.
Manuel Franco

Ya nos habíamos dado cuenta de que una de las dos motitos era la de Fernando". Elías lo cuenta con la ilusión de un chaval de 15 años aunque ya peina canas de más de 60. "Vimos que estaban aparcadas al lado del yate de Briatore y le pusimos una nota", sigue Simón. "Fernando, sube, te invitamos a unos culines de sidra cuando tengas un rato", remata José. Mientras, Víctor mira la escena desde la casa que montan en las rocas de La Rascasse. Está lesionado, un esguince. Ayer se cayó subiendo a este hogar que cada año  construyen en Mónaco. Lo llevaron al hospital. "Fue incluso con escolta de la Policía", como si fuera un piloto, cuenta Angie, que este año es la novata. "Tuve que pagar 250 euros por la gracia", asegura el de Bilbao. El otro es José, lleva viniendo 21 años.

Simón y Elías salieron a las cinco de la mañana de Oviedo y recogieron a sus amigos en el País Vasco, tras doce horas con paradas en Pau y Marsella llegaron y montaron la casa en dos horas. Y las pancartas con la imagen de Alonso. "Lo más bonito es cuando gana Fernando, aunque estamos aquí por afición. Siempre se portó bien con nosotros, nos firmó autógrafos y saluda desde abajo cuando nos ve", explica Elías. A la escena asisten Nikito y Takesi, una pareja japonesa, ella aprendió español para seguir a Alonso. En este mundo de lujo, de yates y modelos de piernas interminables, ellos son la esencia de la afición a la F-1. Las entradas están vendidas desde hace meses. Ellos fueron de los primeros. Alonso no subió. "Si voy me matan ahí arriba", les dijo el campeón. Y es verdad. La invitación sigue en pie...