Los Ferrari están para ganar

En Shanghai los equipos tienen villas que podrían estar adentrándose en el mar de Maldivas, sólo falta el suelo de cristal, y en esas idílicas casetas comen, dan las ruedas de prensa y se concentran los pilotos. En este convulso gran premio para el equipo líder, Ferrari, a diferencia de Red Bull, vive en paz. Fernando Alonso, tranquilo, pasea entre saludos a sus fieles y Felipe Massa enseña el paddock a su familia. Los problemas del equipo energético sirven de bálsamo en la casa roja, ahora sólo falta que también se trasladen de villa los buenos resultados. Y parece que puede ser así. Al menos por lo visto ayer.

Que Massa ha mejorado es algo que ni los más críticos con el brasileño pueden negar. Se pueden mirar las tablas de resultados en los últimos grandes premios, pero vale sólo con verle por el circuito, su actitud es otra, sonríe más, disfruta de lo que le rodea y ha dejado en el olvido ese rostro triste que exhibía. Quizá la clave esté en su coche...

El Ferrari funciona, incluso tiene ritmo en tandas largas. A pesar de que en las dos primeras carreras del año no haya estado tan arriba como nos gustaría, lo cierto es que el F138 es un monoplaza mejor que el del pasado año. Sin duda. Y eso permite a Massa estar arriba. Y un talento que parece haber regresado de las tinieblas. "La diferencia entre Alonso y Massa es mental", decía el pasado año Jaime Alguersuari en AS. La mente también la ha trabajado el paulista con un psicólogo personal. Y se nota.

En las dos primeras calificaciones del año ha estado por delante del español, aunque en la única carrera que terminó Alonso lo hizo mejor que Felipe, y también en los libres está en los primeros puestos. Nunca tan bien como en Shanghai.

Massa dominó la última sesión y logró el mejor tiempo de la jornada. Sólo Kimi Raikkonen con un Lotus volador se acercó a poco más de una décima. Ya en la tercera plaza aparece Fernando, a más de cuatro. Dos coches rojos en las tres primeras posiciones demuestran que el monoplaza italiano está ahí, preparado para la victoria.

Rosberg, que había sido el mejor en los primeros libres, terminó a la vera de Alonso y por delante de Mark Webber, primer Red Bull. El tricampeón Vettel acabó décimo con problemas. Problemas, palabra que aquí en China es sinónimo de neumáticos. Y es que la mayor parte de los pilotos sufrieron una excesiva degradación en sus compuestos e incluso vimos como 'Checo' Pérez terminaba un stint con su neumático trasero derecho destrozado. Los blandos no parecen hechos para Shanghai, pero es igual para todos. Lotus recupera sensaciones, Mercedes está en su recta preferida, a McLaren aún le queda y Red Bull sigue ahí, siempre. Pero sobre todo Ferrari parece que, al fin, está para luchar por la victoria.