Carlos Sainz se va a casa... y Nani Roma a punto estuvo

Duró lo que muchos pensaban, incluso él mismo. La historia de Carlos Sainz en el Dakar 2013 se cuenta en cinco etapas, no hace falta más, porque la sexta ni siquiera pudo acabarla. Su buggy dijo basta en el kilómetro 181 de la especial que unía Arica con Calama. El madrileño intentó arreglar la avería, probó todo lo habido y por haber junto a su copiloto, Timo Gottschalk, pero finalmente se dio por vencido. "Esto se acabó. Una pena, ya sabíamos que el tiempo era muy justo, fui el primero en decirlo pero ha merecido la pena. El concepto buggy, OK", dijo Carlos. Un helicóptero de la organización le llevó hasta el campamento. En nada, estará en Madrid y en una semana, en Montecarlo, donde arranca el Mundial de rallys en el que es asesor de Volkswagen. Un reto en el que el Polo camina por una cuerda mucho más sólida que el buggy dakariano. Al menos el suyo.

Porque el otro, del mismo color azul y con el granate de la bandera catarí por obra y gracia de Al-Attiyah, mantiene el tipo. Nasser ganó la etapa pero lo realmente jugoso fueron los 8:36 que le endosó a Stéphane Peterhansel, que sigue líder. Es la gran apuesta de Mini, pues la otra, la de Nani Roma, se hundió ayer en la arena. Llegó a una hora y un minuto de Nasser; está a una hora y media de Peterhansel en la general. Mucha ventaja ante quienes no se paran ni para darte la hora.

En motos, ha sido llegar a Chile y 'Chaleco' López pedir la palabra. Ganó, pero lo que aún es más importante, se reenganchó a una general en la que los españoles se nos van cayendo entre los dedos como esa arena fina que ahora marca la carrera. Primero fue Farrés, luego Barreda y ayer Viladoms, que era el mejor colocado de los nuestros para el asalto al título pero cedió 37 minutos por un problema en su Husqvarna que le obligó a cubrir el final de la especial sin pasar de 70 km/h. Queda mucho, lo sé, pero el mapa que ahora vira hacia abajo (de Perú hacia Argentina), a nosotros se nos vuelve hacia arriba.

Joan Pedrero es la gran nota positiva, pues con su noveno puesto de ayer escala posiciones. Es 14º, diez minutos por delante de Viladoms (18º) y a 33:11 de Olivier Pain, que logró mantener el liderato pese a quienes trataban de moverle el piso. Algo más atrás viene Laia Sanz (ayer sufrió dos caídas y se dañó una mano y un codo), excelente, 33ª en una general que se ha encarecido tras el atracón de dunas peruanas y el cara a cara ya con Atacama, la casa del Chaleco, que ha ganado tres de las seis especiales. Ese 50% le deja ahora como escolta privilegiado del trío galo que ocupa lo más alto de la escalera: Pain-Despres-Casteu. Pero estamos en Chile y muchas cosas cambian en el Chaleco en cuanto pisa su tierra. Incluso su manera de andar.