Fernando Alonso: "Me he ganado el respeto de todos"

Debió estar poco tiempo, si es que estuvo, Fernando Alonso por la fiesta de Ferrari la noche del domingo en Sao Paulo, pero allá donde fuera se tomó una caipirinha a la salud de la afición que se emociona con las hazañas de este asturiano brillante. Hay pocos deportes más complejos como la Fórmula 1, pocos en los que el resultado tenga tantos análisis. Sebastian Vettel, justo campeón, pero cuando llegas a la última carrera poniendo nerviosos a los rivales y terminas a tres puntos del sueño con un coche que a principio de temporada estaba a 1.6 segundos del mejor, tienes derecho a sentirte campeón moral. Eso es así, más allá de colores, de pasiones y de pasaportes.

El piloto español, dejó sus impresiones en una carta en su web oficial, un mensaje a toda esa afición de la que se siente orgulloso: "¡Ha sido una temporada de 10! Si tuviese que repetir estas veinte carreras, no cambiaría nada de lo que ha hecho el equipo, o de lo que he hecho yo: ningún error, ningún problema mecánico, cero problemas en las paradas, cero errores de estrategia. Definitivamente no hemos perdido en Brasil el título, sino en Spa o en Suzuka".

Y es así. Cuando un coche rompe no es suerte, es que algo se ha hecho mal. Cuando te tocan dos veces y las dos veces vas fuera, es mala suerte. Cuando te tocan en la última carrera, y puedes volver a la pista, es buena suerte.

Alonso explica las razones de su orgullo: "Quizás no hayamos terminado la temporada con el mayor número de puntos, pero sí nos hemos ganado muchas otras cosas, como el respeto de todo el mundo y de los aficionados, y los compañeros están de acuerdo en quién ha sido el mejor este año. Estoy orgulloso del trabajo que he hecho porque he luchado hasta el final".

El domingo nadie le vio llorar como en 2010, al contrario, cabeza alta y rostro pétreo, de boxeador herido, pero en pie: "Es muy distinto con respecto a Abu Dhabi: entonces tuvimos la frustración de haber perdido una oportunidad, mientras que aquí hemos dado el máximo carrera tras carrera. Me siento feliz en mi interior: he trabajado día tras día con el equipo, que es quien me paga al final de cada mes, y pueden sentirse orgullosos de lo que han hecho".

Ahora ya piensa en el próximo campeonato y pide a los magos reyes un deseo. O a quien sea. ¿A Ferrari? Sí, claro. "¿Qué podría pedirle al equipo para 2013? Eso es fácil, un coche más rápido; pero sobre todo, me gustaría ver el mismo esfuerzo y profesionalidad que ha mostrado al reaccionar ante las adversidades iniciales. Aunque quizás no hemos alcanzado el rendimiento de los mejores, todos han demostrado una dedicación total. Repito, estoy feliz y orgulloso y ¡ahora toca tomarse una caipirinha!". Pues eso. Salud. Y hasta 2013. Ya queda menos...