Alonso aspira en Brasil a lograr el tricampeonato

Sin ser el pionero español de la Fórmula 1, Fernando Alonso ha logrado que un deporte que hace sólo una década era seguido por una minoría, en la actualidad genere diariamente páginas en los medios escritos y horas de información en radios y televisiones. Por no hablar de la ingente cantidad de noticias que Internet produce casi cada segundo.

Y es que el bicampeón asturiano, inmerso actualmente en la batalla por lograr su tercer Mundial, ha entrado de lleno en la historia de una especialidad en la que España jugaba un papel casi inexistente. Desde su llegada, todo ha cambiado. 30 victorias y dos títulos más tarde, este ovetense de 31 años es uno de los grandes de la F-1.

Se rodó en Minardi, se licenció entregando un doble regalo a Renault, rozó la gloria en una batalla fratricida en McLaren, regresó a su casa francesa para salir del infi erno británico y, en 2010, recaló en Ferrari, la Scuderia, el equipo más mítico, el que creó un fanático de los automóviles y al que añadió los valores de un héroe de la 1ª Guerra Mundial, el Conde Baracca, el homenaje a los italianos caídos y el orgullo del lugar que le vio nacer, Módena.

Todo ello simbolizado con el Cavallino Rampante. Doce podios, con tres triunfos, han llevado a Alonso en este 2012 a aspirar al tricampeonato hasta la última prueba del calendario, Interlagos, en Brasil. Para alzarse el domingo con el título necesita remontar los 13 puntos que le aventaja el líder, Sebastian Vettel. La empresa es complicada, pero gracias al talento de Alonso siempre hay lugar para la esperanza.